Mujeres STEM: brecha de género en educación y techo de cristal en el trabajo

La falta de referentes femeninos junto con el desconocimiento sobre los mismos hace que las jóvenes no opten por las asignaturas relacionadas con las ciencias durante la Educación Secundaria Obligatoria (ESO)
 ¿Alumnos y docentes con factores de riesgo pueden ir a clase? Foto: EFE
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Desde hace varios años, los estudios en áreas STEM (siglas en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) son unos de los más demandados. No obstante, los estereotipos de género y las creencias socioculturales mantienen alejadas a las mujeres de estas salidas profesionales.

La falta de referentes femeninos junto con el desconocimiento sobre los mismos hace que las jóvenes no opten por las asignaturas relacionadas con las ciencias durante la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), que su presencia en las aulas universitarias de las carreras STEM sea mínima y que existan altísimos techos de cristal en su incorporación al mundo laboral.

En España, solo un 16,3 % de los adolescentes de 15 años prevé dedicarse profesionalmente al área STEM y, de ese porcentaje, solo el 4,2 % son alumnas.

Así lo documenta el estudio de la Universidad Camilo José Cela, perteneciente a la Institución Educativa SEK, "La educación científica en las Comunidades Autónomas. Conocimientos y competencias a la luz de PISA 2015".

Según explica en una entrevista con Efeminista una de las autoras del estudio, la investigadora Eva Expósito, la educación secundaria se convierte en una etapa crítica en la que las alumnas comienzan a distanciarse de las ciencias y las matemáticas.

Un efecto que, sostiene, se debe a que en este periodo de maduración se interrelacionan los factores sociales, escolares y personales que configuran la vocación.

"Las chicas que tienen éxito en las ciencias suelen tener madres con elevadas expectativas educativas y que se preocupan de los progresos escolares de sus hijas", señala.

Otro importante referente, y de especial relevancia desde la acción escolar, son las profesoras, algo que parece incidir positivamente en el rendimiento de las niñas y en su interés por las ciencias, explica Expósito.

Al margen de las familias y del sistema educativo han empezado a ponerse en marcha movimientos para avivar la llama científica y tecnológica entre las jóvenes.

Es el caso de la iniciativa 11defebrero, que nació con el objetivo de llenar las agendas de actividades para conmemorar el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, celebrado en esa misma fecha desde 2015 a petición de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

"Intentamos que tanto los niños como las niñas tengan referentes femeninos. Actualmente los libros de texto no incluyen a muchas mujeres que hayan inventado, descubierto o creado en áreas STEM", comparte con Efeminista una de las coordinadoras de 11defebrero, María García.

Otra iniciativa es #NoMoreMatildas, de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) para denunciar la invisibilidad histórica de las científicas y acercar esta profesión a las jóvenes.

"Nuestra idea era mostrar la importancia que habían tenido y su enorme valor al romper con épocas donde las mujeres estaban confinadas culturalmente a ciertas labores y trabajar en temas que se consideraran fuera de su ámbito", expone a Efeminista la doctora en Veterinaria y vicepresidenta de la AMIT, Maite Paramio.

La asociación tiene operativa una base de datos de más de 2.000 investigadoras y tecnólogas que pone a disposición de medios y organismos oficiales nombres de mujeres en distintas disciplinas científicas.

Las mujeres son mayoría en el Bachillerato (53,8 %), sin embargo, solo el 47,3 % opta por las ciencias, según el informe "Igualdad en Cifras" del Ministerio de Educación, con un reparto de carreras muy desigual.

Así, según el informe de "Datos y Cifras del Sistema Universitario Español" en el curso 2018-2019, 7 de cada 10 estudiantes de Ciencias de la Salud eran mujeres, mientras que no llegaron a 3 de cada 10 en Ingeniería y Arquitectura, y el de graduadas en Informática no llegó ni al 10 % del total.

Las mujeres que finalmente terminan sus estudios STEM además de enfrentarse a entornos laborales donde muchas veces son minoría, deben escalar altos techos de cristal.

"En todas las Ciencias de la Salud las mujeres somos mayoría pero luego los responsables y los jefes de grupo son hombres", subraya Paramio.

En 2019, según la última Estadística sobre Actividades de I+D del Instituto Nacional de Estadística (INE), las investigadoras representaron el 40 % del total del personal investigador.

Y a pesar de que cada vez más investigadoras se presentan a convocatorias de proyectos de I+D, tienen menores tasas de éxito (43 % de mujeres frente al 48 % de hombres, en 2019), y reciben menos financiación que sus homólogos.

La conciliación durante el confinamiento disminuyó la labor investigadora de las mujeres, que triplicaron el tiempo dedicado a los cuidados de la familia y el hogar, según el Instituto de Salud Global de Barcelona.

"La maternidad está penalizando a las mujeres. El problema es que el modelo de trabajo se hace en relación a la vida de los hombres, eso es lo que tenemos que cambiar", sentencia Paramio.

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