Muere en Sevilla a los 88 años Cayetana Fitz-James Stuart, la duquesa de Alba

La aristócrata ha fallecido en la mañana de este jueves 20 de noviembre a los 88 años de edad en el palacio de las Dueñas en Sevilla. La capilla ardiente quedará instalada este mediodía en el ayuntamiento de la capital hispalense

Muere en Sevilla a los 88 años Cayetana Fitz-James Stuart, la duquesa de Alba
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La aristócrata Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, XVIIIduquesa de Alba, XI duquesa de Berwick y catorce veces Grande de España, ha muerto este jueves en el palacio de las Dueñas, su residencia en Sevilla a los 88 años de edad, rodeada de su actual marido Alfonso Díez y sus seis hijos, según ha podido saber Europa Press.

La aristócrata fue trasladada, por «por expreso deseo de la paciente y de sus familiares», a su domicilio sevillano desde el Hospital Quirón Sagrado Corazón de la capital andaluza, donde la duquesa de Alba fue ingresada el pasado domingo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en situación de insuficiencia respiratoria secundaria a neumonía de la comunidad, asociada con arritmia cardiaca y repercusión hemodinámica.

Una vez en Dueñas y hasta su fallecimiento, Cayetana Fitz-James Stuart recibió atención médica por parte del equipo de profesionales que la ha atendido durante su permanencia en el Hospital Quirón Sagrado Corazón, así como por el equipo de médicos y de enfermería que venían atendiéndola hasta su ingreso.

La capilla ardiente quedará instalada este mediodía en el ayuntamiento de Sevilla.

Una vida fiel a sus ideas

La duquesa de Alba vivió sus 88 años de vida fiel a sus ideas. La aristócrata por excelencia heredó el título de duquesa de Alba a los 27 años, se casó tres veces, una de ellas con un ex sacerdote jesuita, y tuvo seis hijos. Durante toda su vida realizó además una gran labor para conservar y ampliar el inmenso e incalculable patrimonio de la Casa de Alba.

Cayetana Fitz-James Stuart y Silva nació el 28 de marzo de 1926 en el palacio de Liria en Madrid, aunque siempre se consideró andaluza de corazón. Fue la única hija de Jacobo Fitz-james Stuart, XVII duque de Alba, y María del Rosario de Silva y Gurtubay, marquesa de San Vicente del Barco. Sus padrinos de bautizo fueron el rey Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia.

De su padre heredó el título de duquesa de Alba en el año 1953, siendo la tercera mujer que ostentaba el título por derecho propio.

Temprana muerte de su madre y exilio en París y Londres

La infancia de la duquesa de Alba quedó marcada por el exilio en París y Londres y por la temprana muerte de su madre. Cuando Cayetana contaba tan solo ocho años de edad falleció María del Rosario, aquejada de tuberculosis, una enfermedad que la había mantenido apartada de la niña en numerosas ocasiones por temor al contagio.

En 1931, durante la Segunda República, los Alba se fueron a vivir a París y años después, cuando estalló la Guerra Civil en España, Cayetana y su padre se trasladaron a Londres. Durante su estancia en la capital británica la duquesa de Alba sufrió los bombardeos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial.

Al margen de los convencionalismos sociales

La duquesa de Alba vivió su vida al margen de los convencionalismos sociales. Se casó tres veces, una de ellas con un exsacerdote jesuita y la tercera cuando tenía 85 años.

Con su primer marido, Luis Martínez de Irujo, con el que se casó en 1947, tuvo seis hijos: Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando, Cayetano y Eugenia.

Tras enviudar en 1972, llegó su segundo matrimonio, muy polémico en ese momento. A pesar de todo y de todos, en 1978 Cayetana se casó con Jesús Aguirre, ex sacerdote jesuita. En el año 2001, la duquesa de Alba se quedaba viuda por segunda vez.

Y en 2011 llegó su tercer matrimonio con el funcionario Alfonso Díez, 24 años más joven que la duquesa. A pesar de las reticencias de los hijos de Cayetana, la boda se celebró el 5 de octubre de ese año en Sevilla.

A la boda asistieron cuatro de sus seis hijos. Faltaron ese día, Eugenia, que estaba ingresada con varicela, y Jacobo. La duquesa de Alba celebró su tercera boda en Dueñas e incluso bailó en la calle unas sevillanas para alegría del numeroso público congregado en las inmediaciones del palacio.

Unos meses antes de la boda con Alfonso Díez, la duquesa de Alba decidió organizar el inmenso legado que la familia y repartió algunos de esos bienes.

Aunque no trascendió el contenido del documento firmado entre la duquesa de Alba y sus hijos, sí se supo que habría recibido el visto bueno de todos los vástagos. Gran parte del patrimonio pasaba a ser controlado por el mayor de ellos, Carlos, como heredero del título ducal, aunque Cayetana seguía al frente de la fundación y la Casa de Alba. Este acuerdo facilitó el visto bueno de los hijos de la duquesa de Alba a su tercer matrimonio con Alfonso Díez.

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