Muchas personas con trastorno mental ven el estigma como una nueva forma de encierro

"Hay un tabú hacia la salud mental, las personas que tienen un trastorno mental describen la discriminación y el estigma como una experiencia habitual"
Muchas personas con trastorno mental ven el estigma como una nueva forma de encierro
photo_camera Muchas personas con trastorno mental ven el estigma como una nueva forma de encierro

Muchas personas que sufren trastornos mentales consideran que el estigma social al que se ven sometidas es "una nueva forma de encierro", como los de las largas estancias en manicomios que abolió en España la Reforma Psiquátrica de 1986.

Miquel Juncosa, presidente de la asociación Obertament, que se dedica a luchar contra la estigmatización de los trastornos mentales, denuncia que "hay un tabú hacia la salud mental, las personas que tienen un trastorno mental describen la discriminación y el estigma como una experiencia habitual".

De hecho, un 50,4 % de las personas que sufren un trastorno mental son marginadas por sus parientes, un 40 % por parte de la pareja y un 53,1 % por el grupo de amistades, según datos del estudio "El estigma y la discriminación mental en Cataluña, 2016" de Obertament.

María Manonelles, de 22 años, sufre depresión y un trastorno bipolar, estuvo ingresada en un centro psiquiátrico durante un mes, y explica a Efe que ella no puede hablar con determinadas personas de su familia porque no le creyeron que tuviera intenciones suicidas.

Manonelles fue una alumna modélica en sus estudios de bachillerato -sacó Matrícula de Honor- y en su grado superior de ilustración en la Escuela Massana de arte y diseño, donde publicó como libro su trabajo final de grado "Dormo molt" (Duermo mucho).

Ella atribuye sus problemas mentales a su autoexigencia y a su situación en casa.

Tras un intento de suicidio y un ingreso hospitalario, su madre la apoyó en todo, e incluso llegó a tener varios trabajos para poder pagarle un especialista privado.

"Siempre había tenido durante la depresión pequeños horizontes y era una cosa que me animaba a no matarme. Me decía: 'María, es que aún no has visto a Gorillaz –una banda de rock– en directo, no te mates aún'", explica.

En declaraciones a Efe, la psicóloga el Hospital Teknon Blanca Bueno atribuye la falta de comprensión por parte de las familias a "las falsas creencias en torno a la salud mental" que persisten en la sociedad.

"Se llega a creer que la cura depende de la fuerza de voluntad, pero hay un componente orgánico que explica por qué esa persona no puede llevar a cabo ciertas cosas", añade Bueno.

A veces el rechazo es absoluto, como le sucedió al secretario general de la asociación antiestigma Activament, Hernán María Sampietro, de 45 años, cuando fue diagnosticado de depresión tras un intento de suicidio que le llevó a estar ingresado en un centro de salud mental una temporada.

Sampietro admite, en declaraciones a Efe, que "hubiese sido más fácil si hubiera dicho antes que tenía un trastorno", pero lo ocultó por miedo a las consecuencias laborales, a ingresar en un centro psiquiátrico y a cómo le recibirían los demás. 

Eso derivó en "una situación en la que no veía una salida".

Un día decidió comenzar la lucha que le llevó a empoderarse y a ser uno de los socios fundadores de Activament para "terminar con la exclusión social y el estigma" a fin de que este "no fuera como un encierro en un manicomio".

El ex periodista y antropólogo médico Martín Correa, fundador del proyecto radiofónico para luchar contra los prejuicios hacia la salud mental, Radio Nikosia, que se emite en Contrabanda FM, ha indicado a Efe que las actitudes de repudio hacia las personas con trastornos llegan con el diagnóstico. 

"La sociedad te levanta un muro entre tú y el mundo", ha lamentado.

Y ha resuelto: "Cuando tienes un diagnóstico de trastorno mental, el mundo te mira de otra forma. En un hospital psiquiátrico está bien que se trabaje con el diagnóstico, pero al salir, los pacientes siguen siendo personas".

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