De menores extranjeros no acompañados a estudiantes y trabajadores con futuro

Cada día, a las nueve de la mañana, Mahamadou llega al centro 'Virgen de África', en Madrid, para asistir a su formación en mecánica y soldadura y, ya por la tarde, vuelve a su piso tutelado en la localidad madrileña Getafe, que comparte con otros dos compañeros, de Marruecos y de Ghana, con los que se comunica en castellano
De menores extranjeros no acompañados a estudiantes y trabajadores con futuro
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“Todos los que estamos aquí venimos buscando un futuro”, asegura Mahamadou, un joven de 19 años procedente de Malí y cuya reflexión comparte Said, argelino de 21. Ambos son un ejemplo de menores extranjeros no acompañados que, con el tiempo, han conseguido construir su futuro laboral en España.

Cada día, a las nueve de la mañana, Mahamadou llega al centro 'Virgen de África', en Madrid, para asistir a su formación en mecánica y soldadura y, ya por la tarde, vuelve a su piso tutelado en la localidad madrileña Getafe, que comparte con otros dos compañeros, de Marruecos y de Ghana, con los que se comunica en castellano.

“En nuestro país estamos muy mal, y tenemos que venir aquí para buscarnos un futuro”, cuenta a Efe el joven de Malí, quien asegura que no es fácil llegar desde otro país siendo menor porque “echas de menos a tu familia” y sólo piensas en cómo poder “avanzar”.

“Todos los que estamos aquí estamos buscando un futuro, no haciendo cosas malas. Si las hacen es por su situación, porque viven solos y no tienen a nadie aquí para ayudarles, no son malos”, dice.

Se refiere a la criminalización de los mal llamados 'menas' -menores extranjeros no acompañados-, una estigmatización de la que fue objeto a los pocos días de llegar a España con 15 años en patera, cuando recaló en el centro de primera acogida de Hortaleza, en Madrid.

Mahamadou está a punto obtener un título que le servirá para trabajar en carpintería de aluminio o en la cerrajería, donde está el nicho de trabajo de este sector de la mecánica y la soldadura, pero al preguntarle por sus aficiones menciona el teatro, el cine y el baile.

“Tengo un grupo (de teatro) en Legazpi y cada jueves vamos a ensayar. Estamos preparando una obra”, comenta ilusionado, aunque admite que el cine le gusta más, de hecho Mahamadou ha sido guionista de 'Máscaras', una película que los estudiantes del centro 'Virgen de África' han realizado con sus propios móviles.

A unos 20 kilómetros de este centro de formación e inserción laboral del distrito de Usera está el hotel donde trabaja Said, quien también llegó en patera con solo 16 años dejando en Argelia a sus padres y a sus tres hermanos.

“Fue un poco duro, fueron como 20 horas en la patera, una aventura para mí porque no sabía si llegaría a España. Fue duro, éramos 16 personas viajando”, comenta el joven, que ahora ya tiene 21 años y lleva 9 meses trabajando como cocinero en un hotel cercano al aeropuerto, tras haber realizado una formación y 5 meses de prácticas.

Said también pasó un tiempo en el centro de Hortaleza que la Comunidad de Madrid dispone para la llegada de menores migrantes que están solos o para la acogida de cualquier niño no acompañado o que haya sufrido situaciones de desamparo o de violencia en su casa.

Después, Said pasó a otro centro hasta cumplir los 18 años y, a continuación, superó la entrevista para poder acceder al proyecto 'Primera experiencia laboral' de la Federación de Plataformas Sociales 'Pinardi', la que a su vez le proporcionó un llamado 'piso de autonomía', destinado a jóvenes de hasta 21 años, y donde vive con otras ocho personas.

Aunque todos los sueños de este joven argelino aún no se han cumplido, “están de camino” pero, pese a ello, no volvería a pasar por todo lo que pasó para poder llegar a España.

“Lo pasé mal, no me gustaría volver a hacerlo. Yo vine en patera pero no sabía lo que iba a ser, por eso mi recomendación es que los que están allí (en Argelia) no lo hagan”, señala Said, quien pensaba que en Europa había más facilidad para ganarse la vida cuando cruzó sin su familia el Estrecho de Gibraltar.

Este joven, que fue menor extranjero no acompañado, no comparte que la gente generalice sobre determinadas actuaciones de niños y niñas que llegan en esta situación a los centros de acogida españoles.

“Depende de cada uno, de lo que tiene cada cual en su cabeza y de cómo piensa, no todos somos iguales, cada uno tiene su vida y su propio pensamiento”, sostiene Said.

De los 4.032 menores tutelados por el sistema de protección de la Comunidad de Madrid, el 10 % son menores extranjeros no acompañados que, como en el caso de Mahamadou y Said, aspiran a una vida mejor.

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