Cuatro décadas después de que gran parte de los humedales manchegos fueran declarados Reserva de la Biosfera de la Mancha Húmeda, el Gobierno de Castilla-La Mancha se ha propuesto impulsar esta figura de reconocimiento, con la que la UNESCO busca conseguir el compromiso de los gobiernos en favor de la conservación de la biodiversidad.
Las reservas de biosfera son sitios destinados a conciliar la conservación del medio ambiente y la actividad humana mediante con el uso sostenible de los recursos naturales, fomentando el desarrollo sostenible, para así salvaguardar los valores naturales de espacios representativos de ecosistema únicos y valiosos.
La Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda fue declarada el 17 de febrero de 1981, integrándose así en la Red Internacional de Reservas de la Biosfera.
La propuesta iniciada por el Comité MaB partía de "la conveniencia de proponer como Reserva de la Biosfera la comarca titulada Mancha Húmeda, en la que figura enclavado el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, el Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera y numerosas lagunas manchegas repartidas por las provincias de Ciudad Real, Toledo, Cuenca y Albacete.
En sus inicios, la Mancha Húmeda, contaba con una superficie de 25.000 hectáreas, que en junio de 2014 se ampliaron hasta las 418.087 hectáreas de terreno, para englobar un conjunto de zonas húmedas cuyas características resultan determinantes en la presencia de hábitats, especies, sistemas ecológicos y paisajes de alto valor ambiental que, además, son únicos en el territorio español.
En estas 418.087 se encuentran 76 lagunas y zonas de dominio público hidráulico de treinta y tres cauces fluviales, ligados a ríos principales como el Guadiana, Gigüela, Riánsares, Záncara y Córcoles.
Los principales humedales manchegos estaban formados por los desbordamientos de los ríos, que formaban las carácterísticas tablas y llanuras de inundación, que junto a lagunas endorreicas y a las formadas por las surgencias de los acuífero constituían el fundamento de esta extensión húmeda.
Este espacio natural alberga una vegetación muy típica formada por marjales o pajonales palustres, eneas, carrizos,juncos y, la excepcionalidad de la masiega (Cladium mariscus), representativa junto a Tarayes,de la vegetación típica de las Tablas de Daimiel.
También es típica del territorio de la reserva, las plantas de ecosistemas propios de saladares, ya que debido al proceso de evaporación, algunos humedales, dan lugar a la formación de suelos salinos, a los que los vegetales han sabido adaptarse, como especies muy características.
La fauna que alberga estos humedales es también muy significativa, con representación de todos los grupos zoológicos, entre los que destacan, las aves, las cuales encuentran en las zonas húmedas de la Mancha, excepcionales lugares para la alimentación, cría y refugio o de descanso en las migraciones.
A pesar de la gran biodiversidad que encierra la Reserva de la Biosfera, en 2014, en el documento que recogía las directrices de estrategia para la gestión de la reserva, se calcula que más de un 10 de la superficie de sus humedales había desaparecido ya en la Cuenca Alta del Guadiana.
Además, debido a la creciente antropización la vegetación natural, esta había quedado reducida en un 15 % de su superficie original y la degradación de los ecosistemas ponía en riesgo la supervivencia de muchas especies que en mayor o menor medida dependen del buen estado de conservación de los humedales.
El gran reto de futuro entonces de La Mancha Húmeda era encontrar el modo de compatibilizar la sostenibilidad ambiental de este territorio con el crecimiento económico, algo que desde entonces no se ha cumplido y que, ahora, el Gobierno regional está dispuesto a afrontar.
El director general de Medio Natural y Biodiversidad, Félix Romero, en declaraciones a Efe, ha asegurado que el Gobierno regional va a apostar por que "realmente haya una recuperación del conjunto de los humedales que forman parte de la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda".
Para ello, creará en las próximas semanas el Patronato de la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda, que saldrá de una reunión previa del órgano de participación de la Reserva, a la que están siendo convocados los distintos grupos de interés.
El impulso de la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda vendrá acompañado de dos grandes inversiones, una de siete millones de euros que se dedicarán a actividades de restauración de humedales, y otra de 1,3 millones procedentes de la Red de Reservas de la Biosfera que se emplearán en poner en marcha medidas transformadoras que potencien modelos agrarios que sean compatibles con la recarga de los acuíferos que forman las masas de aguas subterráneas.
Además, la Consejería de Desarrollo Sostenible se muestra dispuesta a trabajar también en medidas complementarias como la creación de una marca propia para aquellos productos que se produzcan de manera sostenible y compatible con la preservación de los valores de los ecosistemas de la Reserva de la Biosfera.
Y se comprometerá a buscar las fórmulas adecuadas para recuperar la funcionalidad de los humedales, garantizando la capacidad de recarga de los acuíferos, fundamentalmente, ha reconocido Romero, haciendo que la actividad socioeconómica se encaje a la disponibilidad de agua, y que su uso sea compatible con la conservación de estos espacios húmedos.