Miles de grullas comunes comienzan su migración hacia el norte de Europa

A través de sus rutas migratorias que discurren por ciudades como Ciudad Real, Toledo, Guadalajara, Madrid o Zaragoza, entre otras
Miles de grullas comunes comienzan su migración hacia el norte de Europa - EFE/Beldad
photo_camera Miles de grullas comunes comienzan su migración hacia el norte de Europa - EFE/Beldad

Miles de grullas comunes (Grus grus) han comenzado su migración hacia el norte de Europa y comienzan a cruzar estos días numerosos lugares de España a través de sus rutas migratorias que discurren por ciudades como Ciudad Real, Toledo, Guadalajara, Madrid o Zaragoza, entre otras.

Según ha informado la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) las grullas "adornan los cielos" de estas ciudades con grandes bandos y el sonido tan característico que emiten para mantener cohesionados a los grupos.

Un espectáculo que pasa desapercibido para muchas personas en su día a día, pero que desde SEO/BirdLife han querido poner en valor durante estos días.

Más de un cuarto de millón de ejemplares de esta especie, han recordado, deciden cada año venir a España a pasar el invierno siendo Extremadura, Castilla-La Mancha, Aragón y Andalucía las comunidades que más número de grullas acogen en los meses de invierno según el último censo de SEO/BirdLife en colaboración con Grus-Extremadura.

Blas Molina, técnico de Ciencia Ciudadana de SEO/BirdLife, ha explicado en un comunicado de prensa que "fuera de la época de cría, y después de sacar sus pollos adelante, vienen a España pues es donde encuentran zonas de descanso y alimento, y se preparan para la nueva temporada de reproducción".

Principalmente, ha comentado, "vienen al suroeste español y portugués, que albergan las mejores dehesas con bellotas para cargar las pilas, rastrojos con grano e invertebrados para diversificar la dieta y embalses y lagunas para descansar".

Cada temporada, ha dicho, vuelven a España, pero se encuentran con una situación diferente, y en los últimos años, asisten a la ocupación de las áreas de invernada por una creciente implantación de cultivos intensivos que dejan poco que comer y ocupados también ahora por muchas hectáreas de plantas fotovoltaicas.

Ahora, durante este mes de febrero, en plena migración, encuentran lugares fenomenales como la laguna de Gallocanta en Aragón, un humedal de importancia internacional y protegido bajo el paraguas de diversas figuras como el Convenio de Ramsar, o el embalse de la Sotonera en Huesca que les sirve como parada para encarar el cruce del Pirineo cuando no hay buenas condiciones en los puertos por donde transcurre.

De aquí a Francia y así hasta llegar a los lugares de cría donde se separan los bandos y comienzan los preparativos de cada pareja de grullas para el nuevo periodo reproductor, que hará que se perpetúe su especie.

Blas Molina ha recordado que "son aves sin fronteras y parte de nuestro patrimonio. España alberga la población invernante de grullas más importante de la Europa occidental, con hasta un 70% de todo su contingente algunos años".

Las aves proceden de Finlandia, Repúblicas Bálticas, Escandinavia, Polonia, Alemania y República Checa.

El resto de las grullas invernan en Francia, Alemania, Portugal, Marruecos, Argelia, Túnez y Libia.

Se estima en 380.000 el número de aves invernantes occidentales.

Nicolás López-Jiménez, Responsable del Programa de Conservación de Especies de SEO/BirdLife, ha recordado que no se debe cambiar la tendencia positiva que ha tenido la especie en las últimas décadas y generar sobre ella nuevas amenazas.

Y han recordado que desde esta organización se trabaja en identificar estas amenazas, como son el señalizar adecuadamente las líneas eléctricas que se encuentran en sus rutas migratorias y que son su principal causa de mortalidad, y en proteger las zonas de descanso y alimentación.

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