La Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural ha sacado a licitación el contrato de seguimiento de aves esteparias en las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA's) y otras áreas importantes para estas especies en Castilla-La Mancha.
El contrato, que tendrá una duración de cinco años, desde 2019 a 2023, tiene un importe estimado de 524.000 euros aproximadamente y su objetivo es realizar un seguimiento de las poblaciones de estas aves, según la resolución de la Consejería publicada este miércoles en el Diario oficial de la región (DOCM).
Las aves esteparias son un grupo heterogéneo, pertenecientes a varias familias, que se caracterizan por habitar medios más o medios abiertos, desarbolados y con cierto grado de aridez.
Estas aves utilizan las áreas de carácter estepario, que en Castilla-La Mancha ocupan una extensión de 2.700.000 hectáreas, que viene a representar un 34% del territorio autonómico, para criar o invernar.
Las aves esteparias, originarias de las grandes llanuras de Asia y Europa Central, se adaptaron a estos sistemas agrarios de alto valor natural desde el Neolítico.
Ahora encuentran en España sus últimas y más importantes poblaciones tras extinguirse en buena parte del resto del Continente.
Castilla-La Mancha, en concreto, es uno de los últimos refugios para estas especies, según los datos aportados por el proyecto LIFE Estepas de La Mancha.
La región alberga el 40 por ciento de la población europea de avutarda y ganga ibérica y entre el 10-20% de alcaraván.
El 35 por ciento de la población mundial de sisón también habita en Castilla-La Mancha y en este territorio se encuentran las mayores poblaciones de especies de interés cinegético asociadas a estos cultivos, como la perdiz y la codorniz.
Las áreas esteparias de Castilla-La Mancha en las que predominan las extensiones de uso agrario con relieve llano y casi ausencia de vegetación arbórea o arbustiva.
Prácticamente en su totalidad poseen un origen derivado de las históricas prácticas ganaderas y agrícolas, que en el pasado transformaron los bosques xerófilos climáticos que poblaban las grandes llanuras en inmensos campos desarbolados de cultivos de secano o pastizales escasamente cubiertos por plantas xerófilas labiadas y leguminosas.
Las prácticas tradicionales de agricultura extensiva de secano y ganadería ovina extensiva, responsables de la existencia de la abundante y rica comunidad de aves esteparias de las llanuras, venían a mantener las condiciones de hábitat que estas especies requieren, existiendo un equilibrio entre estas aves de pseudoestepa y las actividades humanas basado en una relación de dependencia entre las primeras y las segundas.
Las estepas cultivadas en Castilla-La Mancha se corresponden a los cultivos de cereales de secano (avena, cebada o trigo), a los viñedos y a otros de similares características como el girasol o el garbanzo.
