El juicio contra Ana Julia Quezada por el crimen de Gabriel Cruz será el 9 de septiembre

El juicio, que estará presidio por la magistrada Alejandra Dodero, comenzará el 9 de septiembre con la constitución del jurado popular y la presentación de las alegaciones previas por las partes personadas en este procedimiento

Prisión incondicional para Ana Julia por asesinato, detención ilegal y contra la integridad
photo_camera El juicio contra Ana Julia Quezada por el crimen de Gabriel Cruz será el 9 de septiembre

El juicio oral contra Ana Julia Quezada, la autora confesa de la muerte violenta del menor Gabriel Cruz el 27 de febrero del pasado año en el núcleo nijareño de Rodalquilar se celebrará el 9 de septiembre en con jurado popular.

Así lo ha indicado en rueda de prensa la presidenta de la Audiencia Provincial de Almería, Lourdes Molina, toda vez que el Juzgado de Instrucción número 5 de Almería acordó el pasado mes de marzo la apertura de juicio oral y remitió las actuaciones a la Audiencia Provincial.

De esta manera, el juicio, que estará presidio por la magistrada Alejandra Dodero, comenzará el 9 de septiembre con la constitución del jurado popular y la presentación de las alegaciones previas por las partes personadas en este procedimiento, que se seguirá en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial.

La presidenta de la Audiencia se ha mostrado consciente de la repercusión mediática derivada de este procedimiento, que acogerá la Sala del Jurado, a la hora de facilitar los medios para que exista una "cobertura acorde", por lo que espera que el juicio inicie una nueva "forma de trabajar" dentro del marco de "transparencia" de un juicio "público".

El Juzgado de Instrucción número 5 de Almería ya acordó a finales de febrero la apertura de juicio oral contra Quezada, autora confesa del crimen para la que la acusación particular y la Fiscalía solicitan prisión permanente revisable más otras penas adicionales de hasta diez años por lesiones psíquicas.

La defensa --que presentó su escrito fuera de plazo-- interesa tres años de prisión por un delito de homicidio, al entender que no se produjo una acción planificada ni alevosa en la muerte. La instrucción se ha prolongado durante un año, en el que se han recopilado declaraciones, informes y pruebas forenses.

El menor desapareció la tarde del 27 de febrero de 2018 tras salir de la casa de su abuela en Rodalquilar para acudir a la casa de unos primos a jugar, momento en el que, según la investigación, se habría topado con la acusada, quien mantenía relación sentimental con el padre del niño antes de ser conducido por ella hasta la finca donde se produjo el crimen. Tras ocultar su cuerpo junto a una alberca, volvió a la casa de la abuela del menor.

Durante el tiempo que duró la búsqueda, en la que participaron cientos de voluntarios, se habría desecho de algunas prendas de vestir del pequeño en un contenedor de vidrio en el barrio de Retamar mientras que una de sus camisetas la habría empleado para establecer pistas falsas.

La investigación desarrollada por la UCO y la Guardia Civil de Almería permitió captar tras once días de búsqueda a la acusada cuando extraía el cuerpo sin vida del menor del lugar en el que había ocultado el cuerpo. Con él recorrió unos 60 kilómetros rumbo a la localidad de Vícar, donde fue detenida el 11 de marzo.

La fiscal subrayó al respecto de estas grabaciones las expresiones "carentes del más mínimo sentido de humanidad" y con "absoluto menosprecio" que la sospechosa profirió consigo misma mientras conducía el coche tras abandonar la finca con el cuerpo del pequeño "con el propósito de consumar la ocultación del cadáver en un invernadero".

Las acusaciones encuadran el crimen en una muerte violenta y sostienen que la acusada, bajo una actuación "fría y reflexiva", consiguió llevar a Gabriel desde el camino de tierra cercano a la casa de su abuela hasta el cortijo de Rodalquilar, donde acabó con la vida del pequeño tras un ataque "desprevenido" y con "claro ánimo de ocasionarle la muerte".

En este sentido, y a partir de los datos derivados de la autopsia, relaciona una agresión anterior al momento de la muerte por asfixia del pequeño. Bajo este extremo, la acusación particular incide en que el menor podría haber sido "socorrido", ya que pudieron transcurrir hasta "90 minutos" durante la escena.

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