La Guardia Civil alerta: la montaña es inusualmente peligrosa este verano

Las condiciones de las montañas del Pirineo aragonés y de los barrancos de las sierras revisten este verano una inusual peligrosidad para los aficionados a las actividades al aire libre debido a las intensas nevadas del invierno y las lluvias torrenciales de la primavera.

Así lo asegura, en una entrevista con Efe, el teniente jefe de los grupos de rescate de la Guardia Civil en la provincia de Huesca, Santiago Gómez, a la vista de los numerosos y graves accidentes que se han registrado desde el inicio de la temporada estival, con el flujo continuo de visitantes hacia el Pirineo.

Según el responsable de estos grupos, en estos momentos, la montaña está "bastante más peligrosa de lo normal para esta época del año", especialmente en zonas de media y alta montaña donde los neveros son una trampa, a veces fatal, para las personas que carecen de preparación y de material adecuado para afrontarlos.

Santiago Gómez recomienda insistentemente no pisar los neveros si no es con casco, piolet y crampones, y sin embargo, como él mismo reconoce, hay personas que tratan de subir a Monte Perdido, un "tres mil", con unas simples zapatillas y sin el resto de material necesario.

"A veces -advierte-, por cruzar un nevero de apenas veinte metros en horizontal la gente tiene resbalones y caídas que les llevan a golpearse con rocas de forma fatal".

Destaca que el material para enfrentarse a neveros y glaciares es fundamental, pero también lo es, apostilla a renglón seguido, "saber utilizarlo" y haber sido adiestrado previamente en como clavar el piolet y los crampones en la nieve helada.

A lo largo de los rescates que acumula, señala que se ha encontrado de todo, "desde gente que hace las cosas bien y aún así tiene accidentes porque la montaña es una zona hostil para todos, hasta otro tipo de gente que comete muchas imprudencias, tanto en cuanto al material necesario como en la planificación".

Según explica, "muchos, cuando van al Aneto, es la primera vez que usan el piolet y los crampones, y eso no debería de ser", por lo que recomienda recurrir a los clubes de montaña para hacer cursos de formación.

"El calzado es fundamental, porque en montaña no se puede hacer con chanclas ni siquiera una simple ruta de senderismo", advierte el responsable de los equipos de rescate, una situación que hace que las caídas, deslizamientos y las torceduras de tobillos sean incidencias recurrentes que obligan a intervenir.

Aún así, recuerda, las empresas de aventura deben verificar que todos los guías que contratan tienen la titulación correcta, pero también informar a los usuarios de los peligros que conlleva una actividad e informarse de su grado de conocimiento del material que se les proporciona.

Y, en su opinión, hay que saber renunciar a una actividad si las condiciones meteorológicas o de la montaña, que "siempre estará ahí", no son las adecuadas.

Sin embargo, admite, "la Guardia Civil, pase lo que pase, no deja a nadie, porque ya sea de día o de noche, a pie o en helicóptero, nosotros siempre intentamos seguir y sacar a una persona accidentada lo antes posible".

Una vocación que, sin embargo, les obliga a afrontar a ellos mismos situaciones de riesgo que recomiendan no asumir a los aficionados a la montaña. 

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