Familia de acogida: "Te preocupas y cuidas al bebé como a un hijo, aunque sabes que se irá"

Son una 'familia de urgencia', un tipo de acogida para niños de entre 0 y 6 años, cuyos padres biológicos no pueden hacerse cargo de ellos, y de la que se beneficiaron 281 bebés en 2017 en España

Familia de acogida: "Te preocupas y cuidas al bebé como a un hijo, aunque sabes que se irá"
photo_camera Familia de acogida: "Te preocupas y cuidas al bebé como a un hijo, aunque sabes que se irá"

Manolo, Esther y Paula, padres e hija, llevan cuatro años sin dormir más de tres horas seguidas, en sus fotos de Navidad aparece siempre un bebé diferente y tienen en su casa una habitación pintada de verde llena de ropa, pañales y toallitas.

Son una 'familia de urgencia', un tipo de acogida para niños de entre 0 y 6 años, cuyos padres biológicos no pueden hacerse cargo de ellos, y de la que se beneficiaron 281 bebés en 2017 en España, según los últimos datos del Observatorio de la Infancia.

Paula tiene 18 años y, hace cuatro, una compañera de clase le pidió que acogiera a su hermano pequeño, que en ese momento estaba en un centro tutelado. Ni Paula ni sus padres habían oído hablar antes de este programa.

"Llamamos para preguntar si podíamos hacernos cargo de él y nos dijeron que no porque no puedes elegir a quién acoges y hay que cumplir unos requisitos", relata la hija.

A pesar de que no pudieron cuidar a ese niño, durante la llamada supieron que hacen falta familias para acoger a menores en situación de desamparo. Desde entonces, han cuidado de cinco niños en los últimos cuatro años.

ACOGIMIENTO PERMANENTE, TEMPORAL Y DE URGENCIA

Sabían en qué consistía la adopción y que, con ella, la familia adquiere la tutela del menor y este pasa a ser su hijo, pero desconocían los tipos de acogimiento.

Existe el acogimiento 'permanente', en el que el niño forma parte de una familia de manera indefinida y se prevé cierta imposibilidad de que regrese con su familia de origen; el 'temporal', que tiene carácter transitorio porque se estima que los padres biológicos pueden recuperar la tutela y no dura más de dos años, salvo excepciones; y el de 'urgencia', cuyos requisitos Paula y sus padres cumplían "a rajatabla".

Para ser 'familia de acogida de urgencia' en la Comunidad de Madrid es necesario que se trate de un pareja mayor de 25 años, que uno de los dos no trabaje para dedicarse al menor de manera exclusiva, como es el caso de Esther, que tengan al menos un hijo y que puedan afrontar los gastos. Estas familias reciben una ayuda anual en función del tiempo que hayan cuidado al menor.

Lo que movió a esta familia a participar en el programa de 'acogida de urgencia' fue evitar, en la medida de lo posible, que los pequeños acabaran en un centro. Para ellos, es "fundamental" que en los primeros meses de vida los niños "sientan lo que es un hogar".

SIEMPRE DE GUARDIA

Excepto las "vacaciones" que tienen entre un menor y otro, Paula y sus padres están "siempre de guardia" por si les llama la Administración para que vayan a buscar a otro pequeño. "Nos llaman y nos dicen su nombre, su peso, su edad y que pasemos a recogerlo a una hora determinada", explica Manolo.

Ser 'familia de urgencia' significa para ellos estar preparados para cualquier cosa. Las circunstancias con las que los bebés llegan a su casa son muy distintas: Algunos vienen con bajo peso, otros acaban de salir de la incubadora o tienen algún problema de salud.

"Los primeros meses se pasa un poco mal porque hay que ponerlos bien y cuando están bien, se pasa mal porque se van", explica Manolo que afirma que "a pesar de todo" recomienda a otras familias que lo hagan.

Mensualmente, en este caso, la 'madre de urgencia' acude a un grupo con otras madres y padres en el que les dan apoyo psicológico. Además, algunas de las familias que participan en el programa están en contacto para ayudarse mutuamente. "Esta experiencia nos permite conocer realidades que nunca habríamos conocido", reconoce Manolo.

Esther es la que más se ocupa de los niños, es quien se levanta por las noches y les cuida durante todo el día hasta que Paula le coge el relevo cuando llega del colegio. "Vivimos con el eterno bebé recién nacido", bromea la mujer.

"SABES QUE SE VAN A IR"

Para esta familia, "lo más duro" es mentalizarse de que el pequeño se va a ir. "Les cuidas y te preocupas por ellos igual, pero sabes que no se van a quedar", reconoce Manolo. Aunque el periodo máximo de cuidado del menor es de seis meses, porque se considera el tiempo suficiente para analizar su situación y buscar un hogar definitivo o permanente, esta familia ha llegado a estar un año con el mismo niño.

Paula siente a los pequeños "como hermanos" pero, para ella, el momento de mayor satisfacción es cuando conocen a la familia que se va a hacer cargo de ellos. Puede tratarse de una familia ajena al bebé o de su familia extensa, --habitualmente tíos o abuelos del pequeño--, que, tras ser evaluada, la Administración la considera apta para hacerse cargo de él. "Cuando ves su ilusión, te das cuenta de que has hecho bien el trabajo", expresa la estudiante.

Cuando ya le han asignado una familia al menor, visitan a Paula y a sus padres varias veces para que el pequeño se acostumbre a estar con ellos, y para que les den unas pautas sobre la rutina que ha llevado el bebé hasta ese momento con el objetivo de que el cambio a su nuevo hogar "sea lo menos notable posible".

"NUNCA SE PIERDE EL CARIÑO"

La relación con las familias que se quedan con los bebés es buena "por lo general", según cuenta la joven. Les mandan fotos de sus primeros pasos o del primer día de colegio e incluso estas Navidades se reunieron con dos de los niños.

Además, esta 'hermana de urgencia' tiene recuerdos guardados de todos los niños a los que han acogido en una cuenta de Instagram que gestiona ella y que se llama @hermanadeurgencia. En ella relata sus sentimientos e impresiones y el día a día de todos sus 'hermanos'.

"Para ellos somos como los amigos de sus padres a los que van a ver. No se acuerdan de nosotros, pero nos hace mucha ilusión verles", explica Paula, mientras Manolo asiente y concluye: "Nunca se pierde el cariño".

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