Cuatro castellanomanchegos fueron escogidos al azar junto a cerca de mil ciudadanos procedentes de toda la Unión Europea (UE) para compartir sus expectativas y anhelos sobre el porvenir del club comunitario, contribuyendo así a trazar las líneas maestras del futuro de los Veintisiete.
“Al principio estuve un poco expectante, era un poco extraño. Dudé y tuve que consultarlo”, bromea Sara Moreno, oriunda de Talavera de la Reina (Toledo), en una entrevista a Efe acerca de la llamada que recibió sobre si querría participar en uno de los paneles ciudadanos, organizados en octubre en torno a diferentes temáticas, de la Conferencia sobre el Futuro de Europa desde Estrasburgo (Francia).
Esta toledana de 41 años propuso en el debate sobre cambio climático, una problemática que no está “del todo interiorizada” por los ciudadanos, impartir más formación sobre el reciclaje, tarea aún pendiente entre algunos de los más mayores, ha señalado, o en seguridad alimentaria, área de la que es experta.
Jorge Matas, de 55 años, hizo hincapié desde el Parlamento Europeo en inculcar a los escolares lo que es una buena salud mental, algo que considera “muy importante y básico” y que, a su juicio, se combate a través de “educación y fondos”.
“De los suicidios juveniles nadie habla pero yo creo que es una lacra que nos está machacando”, ha dicho este extrabajador de banca y residente de Toledo quien, además, sugirió en el debate promocionar la natalidad de un continente cada vez más envejecido.
UNA VOZ EUROPEA MÁS UNIDA
Juan Ramón García (61 años), fotógrafo de profesión, es de la opinión de que la política, a todas las escalas, se queda “en meras intenciones” y echa en falta una identidad europea más fuerte y una mayor participación ciudadana en las instituciones, así como una voz unificadora entre el bloque de los Veintisiete para hacer de Europa “un actor importante a nivel mundial”.
A él también le tocó contribuir en el panel sobre cambio climático y ha asegurado que, como ciudadano, hace todo lo posible por evitar que “el planeta se vaya a pique”, y si pudiera proponer soluciones a nivel regional apostaría por “más reforestación”, ya que afirma que en su pueblo, El Viso de San Juan, al norte de Toledo, “no se ven árboles”.
Más escéptico se ha mostrado con esta iniciativa de participación Juan Milla, trabajador social de 31 años procedente de Almansa (Albacete), quien expresó en la Eurocámara sus dudas a que sus propuestas pudieran tener algo de recorrido en las políticas europeas.
Compartió sus ideas sobre educación en un panel donde se habló, entre otros asuntos, de la efectividad del plan Bolonia que, según ha subrayado, ha supuesto “un encarecimiento de los estudios”, ha agregado este defensor del acceso a una educación “libre y gratuita para todos” independientemente de la situación económica, tal y como expresó en su debate.
“La UE debería poder fomentar políticas que no recortaran en educación”, ha sostenido Milla, opinión que extrapola a Castilla-La Mancha, región donde hay que “seguir invirtiendo” en este sector, “posibilitando la vida en los pueblos”.
Con el único requerimiento de ser mayor de 16 años y no ejercer como político de profesión, un total de 800 ciudadanos anónimos pusieron su granito de arena en esta jornada histórica, un “privilegio” que Moreno ha calificado como una experiencia “única en la vida”.
Estos cuatro castellanomanchegos continúan sumidos en varias conferencias virtuales, debatiendo y proponiendo sobre los retos a los que se enfrentará la Europa del futuro y, en enero, tres de ellos volarán a Varsovia (Polonia) y otro, a Dublín (Irlanda), para seguir aportando desde el corazón de Europa.