La nueva ley de eutanasia, a la espera de que el Senado retome su actividad

Según el calendario fijado por el Senado, hasta el 9 de febrero se pueden presentar enmiendas y propuestas de veto a la iniciativa, cuya tramitación se aceleró en el Congreso para que fuera aprobada por el pleno antes de las navidades
La nueva ley de eutanasia, a la espera de que el Senado retome su actividad
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La proposición de ley de la eutanasia se encuentra ya en el Senado a la espera de que esta cámara retome la actividad parlamentaria y España se convierta, en unos meses, en el sexto país del mundo en el que esta práctica es legal.

Según el calendario fijado por el Senado, hasta el 9 de febrero se pueden presentar enmiendas y propuestas de veto a la iniciativa, cuya tramitación se aceleró en el Congreso para que fuera aprobada por el pleno antes de las navidades.

La norma debe concluir su tramitación en la Cámara Alta el 29 de marzo y, si no se admiten enmiendas, como ocurrió, por ejemplo, con la Ley Celaá, quedará aprobada definitivamente al contar con apoyos suficientes, como quedó demostrado en el Congreso.

Según el texto, las personas mayores de edad que padezcan una enfermedad grave e incurable o un padecimiento grave, crónico e imposibilitante que cause "un sufrimiento físico o psíquico intolerable", sin posibilidad de curación o mejoría, podrán solicitar ayuda médica para morir, prestación que se incluirá en el Sistema Nacional de Salud.

El paciente deberá confirmar su voluntad de morir al menos en cuatro ocasiones a lo largo del proceso, controlado por una comisión de garantías, y en cualquier momento podrá echarse atrás.

La eutanasia es legal en Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Canadá y Colombia (en este último país por decisión del Tribunal Constitucional, pero sin que el Parlamento haya aprobado una ley que la regule).

También en el estado australiano de Victoria, cuya ley de muerte asistida prevé que si el paciente está impedido puede administrarle la droga un médico; y ha sido aprobada en Nueva Zelanda, donde entrará en vigor en noviembre de este año. El suicidio asistido, en el que es el propio paciente en el que se toma la droga letal suministrada por un facultativo, es legal en Suiza y varios estados de EEUU.

La propuesta registrada por el PSOE en la Cortes el año pasado y que se está tramitando en España prevé que la ley entre en vigor tres meses después de su publicación en el Boletín Oficial del Estado.

LA EXPERIENCIA HOLANDESA

El camino lo abrió Holanda con una ley que comenzó a aplicarse en 2002 y que en varios puntos es más flexible que la norma que se debate en España.

La diferencia más evidente es que la ley española exigirá ser mayor de edad para solicitar la ayuda médica para morir, mientras que la holandesa permite pedirla desde los 12 años, con consentimiento de los padres hasta los 16.

En España, el médico responsable, tras un proceso deliberativo con el paciente, deberá consultar a un "médico consultor" y después a una "comisión de garantía y evaluación", encargada de analizar cada solicitud de forma previa y autorizarla y comprobar también a posteriori que se han cumplido las exigencias legales.

En Holanda también es obligatorio que el facultativo consulte el caso a al menos otro médico independiente, pero la "comisión de verificación" sólo revisará los casos una vez realizada la eutanasia.

Según el último informe anual de las comisiones regionales de verificación de la eutanasia holandesas, publicado el pasado octubre y correspondiente a 2019, por primera vez desde la entrada en vigor de la ley de la eutanasia en 2002 un médico tuvo que justificar su actuación ante un juez.

Se trataba de una especialista en geriatría que practicó la eutanasia a una paciente que padecía una demencia avanzada, en aplicación de una declaración escrita de voluntades previas. La comisión de verificación determinó que no había cumplido los requisitos de la ley, pero un tribunal la absolvió del delito de asesinato, sentencia que ha sido recurrida.

De acuerdo con ese informe, en 2019 las comisiones regionales de verificación recibieron 6.361 notificaciones de eutanasia, el 4,2 % del número total de personas fallecidas en los Países Bajos ese año.

La cifra fue casi un 4 % superior a la de 2018, primer año desde la aprobación de la ley en el que bajaron las eutanasias practicadas en el país.

Un total de 4.100 notificaciones de muerte asistida correspondieron a enfermos de cáncer incurable; 409 sufrían enfermedades del sistema nervioso, como párkinson, esclerosis múltiple o ELA; 251, cardiovasculares; 187, pulmonares; 172 padecían una acumulación de enfermedades propias de la vejez; 162, demencia; 68, enfermedades mentales; 846, una combinación de afecciones; y 167 otras enfermedades.

No hubo ese año notificaciones de eutanasia de menores de edad. El 32,7 % de los pacientes tenía entre 70 y 80 años; el 25,6 %, más de 80; y el 21,4 %, entre 60 y 70.

Los informes anuales holandeses, que también deberán realizarse en España, detallan toda la casuística -como las 16 parejas que se sometieron simultáneamente a la eutanasia, cumpliendo ambos miembros por separado los requisitos legales- y se revisan notificaciones concretas para analizar el cumplimiento de la norma y los problemas más habituales.

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