Entidades urgen una respuesta para más de 33.000 personas que viven en la calle en España

Con motivo del Día de las Personas sin Hogar que las entidades que atienden estas situaciones celebran el último domingo de octubre, se reclama a las administraciones asegurar el acceso de todas las personas a una vivienda y a un empleo para poder vivir con dignidad
Castilla-La Mancha gestiona 356 plazas para proteger a las personas sin hogar durante el confinamiento
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Más de 33.000 personas sufren sinhogarismo en España, a las que ha afectado con mayor crudeza la situación generada por la pandemia, en la que las casas se han convertido en el escudo de protección para la mayoría de los ciudadanos frente a la expansión de la covid.

Con motivo del Día de las Personas sin Hogar que las entidades que atienden estas situaciones celebran el último domingo de octubre, se reclama a las administraciones asegurar el acceso de todas las personas a una vivienda y a un empleo para poder vivir con dignidad.

Recuerdan al Gobierno que debe diseñar y aprobar una nueva Estrategia Estatal para Erradicar el Sinhogarismo que sustituya a la actual que finaliza en diciembre.

Personas en situación vulnerable por la falta de acceso a una vivienda protagonizan varias campañas, como "No tener casa mata", lanzada por Cáritas y otras plataformas que trabajan por eliminar la exclusión social, que muestra cómo vivir en la calle afecta a la salud de las personas y reduce su esperanza de vida 30 años.

La campaña enseña el rostro de Roberto, de 56 años, que se quedó en situación de calle al abandonar el domicilio familiar por problemas de consumo: "Es complicado salir adelante en situación de calle porque no tienes herramientas ni oportunidades" o el de Ana, de 60 años, que vive en un centro de servicios sociales, tras quedarse en paro como cuidadora interna de mayores durante la pandemia.

Las personas sin hogar están más expuestas al virus al no poder resguardarse bajo un techo y sufriendo mayores consecuencias del desempleo", indican las organizaciones.

El Parlamento aprobó el pasado 7 de octubre una Proposición No de Ley relativa a la lucha contra el sinhogarismo, presentada por Unidas Podemos y apoyada por el resto de los grupos, que insta al Gobierno a aprobar esa nueva estrategia.

La aprobación se produjo coincidiendo con la celebración del "Octubre Urbano", un mes dedicado por la ONU a reflexionar sobre los problemas urbanos y el desarrollo sostenible y unos días antes del Día Mundial del Sinhogarismo, el 10 de octubre.

Entre las propuestas al Ejecutivo está la de fortalecer las actuaciones basadas en la metodología "Housing First" que consisten en garantizar el acceso a una vivienda con apoyos para las personas sin hogar.

También que se garantice la coordinación en las diferentes administraciones públicas entre los departamentos de vivienda y servicios sociales, para abordar de forma integral la problemática del sinhogarismo.

Desde Hogar Sí destacan la importancia de esta iniciativa parlamentaria, ya que argumenta que el sinhogarismo es un problema fundamentalmente de vivienda y que por tanto la coordinación de la acción de servicios sociales con vivienda es fundamental para su solución.

Durante el estado de alarma se habilitaron más de 7.300 nuevas plazas de alojamiento de emergencia para personas que se encontraban viviendo en la calle cuando comenzó el confinamiento, es decir, estaban fuera del sistema de atención, se reordenaron centros de atención ya existentes y se crearon 116 nuevos en espacios como pabellones o polideportivos, señala Hogar Sí.

Para esta fundación, aunque las medidas fueron impulsadas en un tiempo récord y con gran esfuerzo por parte de las entidades y administraciones públicas, las brechas del sistema de atención al sinhogarismo han sido más visibles que nunca y urge a la aplicación de medidas que impidan que las personas alojadas durante la pandemia vuelvan a vivir en la calle.

Por ejemplo, que las personas alojadas en los recursos activados durante la crisis sanitaria pasen a programas de acceso a vivienda normalizada, con o sin apoyos, en función de las necesidades y ayudas a las personas en situación de una mayor vulnerabilidad.

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