El grave desafío migratorio de Marruecos provoca una crisis diplomática con España

- El presidente del Gobierno, que ha viajado a Ceuta y Melilla, ha avisado de que garantizará la integridad territorial de España.

- Unos 8.000 migrantes entran en Ceuta en dos días e Interior expulsa a 4.000 y habilita un sistema de devolución de 24 horas.

El grave desafío migratorio de Marruecos provoca una crisis diplomática con España. En la imagen militares e inmigrantes en Ceuta
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La llegada masiva de inmigrantes irregulares a Ceuta, interpretada por el Gobierno como un "desafío" de Marruecos, ha provocado la mayor crisis diplomática en años entre ambos países y un mensaje de firmeza del Ejecutivo garantizando la integridad territorial de España.

Ha sido el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien ha puesto voz al malestar por la actitud de Marruecos y ha reconocido que es una situación grave para España y para Europa y que se actuará contra ella con todos los medios que sean necesarios.

"Seremos firmes para garantizar su seguridad ante cualquier desafío, ante cualquier eventualidad y bajo cualquier circunstancia", ha manifestado Sánchez en referencia a las fronteras españolas y a los ciudadanos que viven en las dos ciudades autónomas.

Son palabras que ha pronunciado en una declaración institucional en Moncloa poco antes de desplazarse a Ceuta y Melilla para conocer sobre el terreno la evolución de los acontecimientos.

Unos hechos que le llevaron a cancelar el viaje que tenía previsto esta jornada a París para participar en una cumbre sobre la financiación de África.

La firmeza prometida por Sánchez se ha querido explicitar en la decisión de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, de convocar a la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich.

Laya le ha trasladado el rechazo formal de España a la entrada masiva de inmigrantes ilegales y ha apelado a la corresponsabilidad en el control de las fronteras.

Poco después de esa reunión, el Gobierno marroquí llamó a consultas a su embajadora en Madrid.

La última vez que hubo una llamada de este tipo fue en 2007, cuando Marruecos llamó a su entonces embajador Omar Azziman para protestar por el anuncio de la visita de los reyes a Ceuta y Melilla.

El Gobierno se resiste a vincular públicamente la actitud de Marruecos con la presencia en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, hospitalizado en Logroño por coronavirus.

Así, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, ha señalado que las crisis migratorias "responden a causas múltiples y son demasiado complejas como para establecer causa-efecto".

Sin embargo, la avalancha de inmigrantes desde territorio marroquí llega después de las protestas de las autoridades de Marruecos por la presencia en España de Ghali.

Hace una semana y después de varias quejas públicas, el Gobierno marroquí ya advertía a España de que no debía de "minimizar el impacto grave" de la crisis provocada por la presencia del líder del Frente Polisario y decía que tomaba nota de que no les hubieran informado previamente pese a que se argumentara que se le había acogido por razones humanitarias.

Sánchez ha apelado a Marruecos a seguir manteniendo la colaboración, pero ante su actitud, ha exigido respeto a las fronteras al tiempo que ha insistido en que garantiza la integridad territorial y la seguridad y tranquilidad de todos los ciudadanos "cualesquiera que sean las condiciones necesarias para ello y con todos los medios disponibles".

Como prueba de ello, ha citado el despliegue de militares en la frontera ceutí junto a un incremento de efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado

Además de informar al rey, de contactar con diversas autoridades europeas que han trasladado su apoyo a España y de conversar con el líder de la oposición, Pablo Casado, el presidente ha creado una comisión específica para el seguimiento de la crisis migratoria.

Una crisis ante la que Montero y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska (quien ha informado de la devolución de 2.700 de los 6.000 inmigrantes irregulares que habían llegado hasta el momeno), han asegurado que está habiendo contactos con las autoridades marroquíes pero sin dar más detalles apelando a la necesidad de discreción.

Si Pablo Casado ha apoyado al Gobierno reclamándole que garantice la integridad territorial de inmediato y con todos los medios necesarios, los socios parlamentarios del Ejecutivo han considerado que Marruecos está "chantajeando" a España por la presencia de Ghali y han pedido firmeza pero también acogida humanitaria.

La crisis con Marruecos llega cuando estaba pendiente de fijarse una nueva fecha para la cumbre bilateral después de que se pospusiera del pasado diciembre a febrero y de que se aplazara después de nuevo con el argumento oficial de que lo impedía la pandemia de coronavirus.

Pero en medio de ambas fechas hubo unas declaraciones del primer ministro marroquí, Saadedín Otmani, en las que reafirmó la reivindicación de su país sobre Ceuta y Melilla y dijo que tratarían esta cuestión con España tras solucionar el conflicto del Sáhara Occidental.

Unas palabras ante las que el Gobierno español recalcó que Marruecos sabe muy bien que Ceuta y Melilla son españolas y el Ministerio de Asuntos Exteriores convocó con carácter de urgencia a la embajadora marroquí para pedirle explicaciones.

Por su parte, aunque el Gobierno afirmó que no hubo ninguna queja formal de Marruecos, en este país no sentó bien la defensa que seguía manteniendo el ya exvicepresidente segundo Pablo Iglesias sobre la celebración de un referéndum de autodeterminación del Sahara Occidental.

UNOS 8.000 MIGRANTES EN DOS DÍAS

Ceuta espera en calma tensa una nueva jornada tras la entrada masiva de 8.000 personas desde el lunes, en una inédita situación para la ciudad autónoma, con muchos comercios cerrados y con los servicios sanitarios y de emergencia ya presionados tras más de un año de pandemia.

El presidente del Gobierno ha podido comprobar en persona la situación a su llegada a la ciudad autónoma, donde un grupo de ciudadanos han increparon a la comitiva de vehículos a su salida del helipuerto, algunos de los cuales han llegado incluso a alcanzar uno de los coches. También ha habido abucheos y gritos de apoyo a su llegada a Melilla.

Durante poco más de una hora Sánchez ha permanecido en Ceuta, antes de viajar a Melilla, para conocer sobre el terreno la evolución de la crisis migratoria y, tras reunirse con el presidente ceutí, Juan José Vivas, se ha dirigido a la frontera del Tarajal, donde ha comprobado el refuerzo en la seguridad del entorno fronterizo.

Este es el punto en el que desde el lunes han entrado en Ceuta cerca de 8.000 personas a nado o bordeando a pie los dos espigones fronterizos con Marruecos. Unos 4.000 ya han sido devueltos, según los últimos datos facilitados por el Ministerio del Interior.

Según ha podido comprobar Efe, las entradas de inmigrantes a nado por el espigón del Tarajal no han cesado a lo largo de toda la jornada, si bien se están produciendo en pequeños grupos formados por entre cinco y diez nadadores, cada vez más esporádicos a medida que cae la tarde y falta luz.

Interior ha informado de que va a aumentar la presencia de agentes y medios de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en Ceuta.

Además de un refuerzo de 200 efectivos, se van a desplegar otros 50 agentes de la Guardia Civil, y 150 agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) están en alerta por si fuese necesario su traslado y despliegue en la ciudad autónoma.

A las fuerzas de seguridad hay que sumar el Ejército que se ha desplegado para proteger la frontera con Marruecos y, aunque el Ministerio de Defensa no da cifras, fuentes militares apuntan que hay destinados alrededor de 3.000 efectivos.

Al otro lado de la frontera, cientos de personas, en su gran mayoría marroquíes, seguían agolpados frente la valla de Castillejos con la intención de llegar a Ceuta.

Según pudo comprobar Efe, la actitud de la policía marroquí (apoyada por las fuerzas auxiliares) es cambiante: unas veces permiten a los emigrantes pasar y atravesar el vallado metálico, por abajo o por arriba, mientras que otras tratan de impedirles acercarse, pero se ven superados por la multitud.

Esta llegada masiva de inmigrantes en medio de la pandemia puede acarrear "un evidente riesgo de contagio" por SARS CoV-2 "debido a las aglomeraciones en lugares cerrados, limitación en las medidas de higiene y ventilación o la falta de uso de mascarillas".

Una advertencia que llega desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), que recuerda que muchas de esas miles de personas han llegado "en circunstancias de riesgo de vital", lo que está aumentado la demanda de atención médica "en unos servicios ya de por sí saturados y con escaso personal", que arrastran "un agotamiento de muchos meses provocado por la pandemia".

Ceuta ha logrado contener la pandemia y lleva tres días consecutivos sin detectar nuevos casos de coronavirus, motivo por el que ha cundido la preocupación entre los profesionales médicos.

El Sindicato Médico de Ceuta ha solicitado "urgentemente" el refuerzo sanitario, ya que se han "desbordado" los servicios de urgencias y aumenta el riesgo de propagación de la covid.

La situación también está generando una sensación de inseguridad entre los habitantes de Ceuta, razón por la cual muchos alumnos no han acudido a clase y comercios, sobre todo del centro de la ciudad, han optado por permanecer con sus persianas bajadas.

Fuentes empresariales han informado a Efe de que más de una veintena de establecimientos han decidido por no abrir sus puertas en esta jornada, en la que muchos de los menores migrantes han estado deambulando por sus calles.

Pero también la crisis está dejando historias de solidaridad en una población acostumbrada a vivir con el fenómeno migratorio, como la protagonizada un voluntario de la Cruz Roja al salvar la vida a una bebé, de tan solo tres semanas, que, en brazos de su madre, se encontraba atrapada en el tumulto de personas que estaban junto al vallado del espigón fronterizo a la espera de entrar en la ciudad.

El suceso, que se ha conocido este martes, se produjo la pasada noche cuando el voluntario consiguió hacerse con la niña a través de un pequeño hueco en la valla, mientras que la madre aguardaba una larga cola para entrar, según han informado a Efe fuentes de la organización humanitaria.

Momentos después, madre e hija se reencontraron y se encuentran en la nave industrial del Tarajal pasando la cuarentena.

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