Un estudio de Parapléjicos evalúa el uso del marcapasos diafragmático

Un total de 43 personas (26 hombres y 17 mujeres) con una edad media de 18 años han podido respirar de manera autónoma desde que se instaló en 1982 el primer marcapasos diafragmático en el Hospital Nacional de Parapléjicos

Un estudio de Parapléjicos evalúa el uso del marcapasos diafragmático. En la imagen el equipo quirúrgico del Hospital Nacional de Parapléjicos
photo_camera Un estudio de Parapléjicos evalúa el uso del marcapasos diafragmático. En la imagen el equipo quirúrgico del Hospital Nacional de Parapléjicos

Un total de 43 personas (26 hombres y 17 mujeres) con una edad media de 18 años han podido respirar de manera autónoma desde que se instaló en 1982 el primer marcapasos diafragmático en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, centro que gestiona la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha, según el informe recopilatorio de la neumóloga Claudia Gambarrutta.

Esta neuroprótesis, implantada por primera vez en España en Parapléjicos por los doctores Honesto Garrido, Jesús Mazaira y colaboradores, es una de las tecnologías médicas que más ha contribuido a la mejora en la calidad de vida de personas que se encontraban dependientes de un respirador artificial, ha informado el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam).

La implantación del marcapasos diafragmático se realiza a través de una operación quirúrgica que consiste en la colocación de unos electrodos que estimulan del nervio frénico para producir la contracción diafragmática.

Según el cirujano del Hospital Nacional de Parapléjicos, Javier García Moreno, coordinador del equipo que implanta este sistema en dicho centro, mediante la técnica de videotoracoscopia "proporciona una respiración mucho más fisiológica, dado que genera presión negativa para atraer aire a los pulmones en lugar de forzar el aire bajo presión positiva, como ocurre con un respirador".

Esta neuroprótesis se recomienda en los casos de lesión medular cervical (C1-C2), lesión troncoencefálica y en el Síndrome de Ondina (SHAC), que se produce como consecuencia de un grave de fallo del sistema nervioso central, que implica un fallo congénito del control autonómico de la respiración.

En los últimos años, la supervivencia de los afectados por lesiones medulares altas y lesiones bulbares se ha incrementado debido, además, a una mejora en todos los niveles asistenciales, desde la atención en el lugar del accidente al mejor conocimiento de los problemas respiratorios.

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