El vencejo común es un ave migratoria que está adaptada para realizar todo su ciclo vital en el aire, salvo la nidificación, de manera que los ejemplares adultos se alimentan, duermen y se reproducen durante el vuelo, lo que supone un peligro para sus crías, que en las olas de calor -como la que afecta a España desde hace una semana- pueden caer del nido y, al no ser rescatados por sus progenitores, pueden morir.
Pero la conservación del vencejo es de gran importancia, ya que se trata de un ave protegida catalogada como amenazada, por lo que en estas épocas de calor extremo se llevan a cabo campañas de rescate de crías caídas de los nidos, crianza y posterior liberación de vencejos, por parte de voluntarios, que ayudan a descongestionar los centros de recuperación de especies.
La Red de Vencejos de Toledo nació en 2019 de la mano de la agrupación naturalista Esparvel, la Universidad de Castilla-La Mancha, el Centro de Recuperación de Rapaces Ibéricas (CERI) de Sevilleja de la Jara (Toledo) y los agentes medioambientales de la Junta de Comunidades de la región, y en estos días de ola de calor están en plena actividad, para tratar de recuperar el mayor número de crías de vencejo posible.
En la actualidad, según ha informado a Efe la profesora de la Facultad de Ciencias Ambientales de Toledo, Itziar Rodríguez, 96 voluntarios forman parte de la red, un dato "increíble" para el presidente de Esparvel, Raúl Santiago, dado que en las temporadas anteriores, el número rondaba las 30 y 40 personas.
Iván Dorado, voluntario de la Red, ha explicado a Efe el procedimiento que llevan a cabo una vez reciben los vencejos de los agentes medioambientales: "El voluntario le instala en una caja de cartón con papel de cocina en el fondo y le hidrata, ya que si responde bien a la hidratación, empezamos a dar un poco de alimento, como tenebrios y grillos, y si responde adecuadamente, empezamos el protocolo normal de cinco comidas al día cada tres horas".
El voluntario ha dicho que lo importante es que el animal coja peso -de ahí que le pesen cada día- y que los cañones de las alas desaparezcan, ya que "es una señal de madurez del ala y significa que puede ser liberado".
En cuanto al tiempo que deben esperar para ser libres, Dorado ha explicado a Efe que "si son muy pequeños van a estar dos semanas y media en casa, como mínimo, y si ya están bastante cerca del momento para volar, a lo mejor en una semana son liberados".
Según datos de la profesora Rodríguez, la Red lleva a fecha del 17 de mayo de 2022, un total de 243 vencejos atendidos y 87 han sido liberados, a los que se deben sumar los vencejos recogidos en la segunda quincena de junio, por los efectos de la ola de calor, y los que estos días están acogiendo en la segunda ola de calor de este verano.
El presidente de Esparvel ha asegurado que si no se hubiese intervenido, estos vencejos recogidos y cuidados por voluntarios estarían muertos, de manera que la Red supone un "granito de arena" para conservar una especie que aún tiene muchos frentes abiertos que dificultan su conservación.
