El 38% de los castellano-manchegos expresa un fuerte vínculo con la UE

El 38 por ciento de los castellano-manchegos expresa un fuerte vínculo con la Unión Europea (UE), uno de los índices más altos de España y por encima de la media nacional, situada en el 27 por ciento.

Son algunas de las conclusiones del IV Barómetro de Cambridge University Press (editorial de la universidad inglesa del mismo nombre), en el que se constata también que los tópicos o la visión sobre los distintos países no ha cambiado en el último año.

El informe señala que el 44 por ciento de los habitantes de los castellano-manchegos no confía en el futuro de la UE y se declara pesimista o muy pesimista al respecto.

El 36 por ciento no ve futuro tampoco en el euro como moneda común -uno de los niveles de desafección más altos de España- y cuatro de cada diez castellanomanchegos cree que desaparecerá en menos de diez años.

Castilla-La Mancha es, además, bastante pesimista respecto a la situación de la economía española, y seis de cada diez castellanomanchegos lo ve bastante o muy negativo.

El informa señala a los españoles como los europeos más optimistas con la supervivencia del modelo europeo y también como los más insatisfechos con la llegada de Trump al poder por la amenaza que puede conllevar a las libertades.

Si el 48 % de los europeos consideran que el triunfo de Trump es una amenaza a la libertad, ese porcentaje llega al 70 % en España.

España puede presumir de ser un país social, pero está lejos en cuanto al potencial de desarrollo económico, según se desprende del informe.

Así, los españoles están considerados como los más simpáticos y atractivos, capaces de reirse de ellos mismos e incluso muy buenos en la cama pero están a la cola en innovación, responsabilidad, cultura, creatividad o educación.

En general, los europeos mejor valorados son los daneses y los más criticados los griegos, según la encuesta realizada a 3.000 personas (1.051 españoles) de 18 a 65 años de Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Dinamarca y España.

Europa es "pesimista" respecto a su futuro como unión y uno de cada dos cree que la UE tal y como se conoce está próxima a desaparecer.

Solo uno de cada cuatro europeos afirma tener un vínculo fuerte o muy fuerte hacia Europa y un 16 % expresa no sentir ningún tipo de vínculo, siendo Reino Unido e Italia los países con más desafección.

El 54 % de los europeos cree que el euro desaparecerá y, de hecho, el 80 % considera que con el euro se ha perdido poder adquisitivo.

El germen de estos malos porcentajes está en la mala opinión de las instituciones europeas: el 76 % ve de forma muy negativa o bastante negativa a los representantes políticos y el 92 % considera que Europa necesita regeneración política.

Asimismo, el auge de los populismos y los resultados de elecciones como las de Estados Unidos o el referéndum del Brexit aumentan la desconfianza en la supervivencia del contexto europeo.

Y tres de cada diez europeos cree que con todo ello ha aumentado el riesgo de una nueva guerra mundial.

Por otro lado, el terrorismo yihadista es la principal preocupación de los europeos, superando por primera vez a la economía o estabilidad laboral.

En España, lo que más preocupa es el paro (25 %), la situación económica (20 %), el terrorismo yihadista (18 %) y la precarización de los servicios públicos (16 %).

Pese a todo, el europeo, en general, se siente feliz (3,45 sobre 5 puntos) y solo un 15 % se siente infeliz. Los más felices son los franceses y los menos los italianos.

Según el estudio, cada vez hay mayor conciencia animalista y el porcentaje de españoles que piensa que deben prohibirse los toros y otras fiestas populares con animales es del 74 %, cifra que aumenta al 88 % en Reino Unido, 84 % en Alemania e Italia, 75 % en Francia y 88 % en Dinamarca.

En cuanto al uso de las redes sociales, España es líder (salvo Linkedin, con un 18 % de personas activas) en cuanto a usuarios: el 84 % tiene Facebook, 74 % Whatsapp, 50 % YouTube, un 40 % Twitter y 32 % Instagram.

Por último, este barómetro destaca que Europa es un continente lector, especialmente las mujeres, y solo el 11 % de los europeos no leen ningún libro al año.

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