El consumo de cerveza podría tener un efecto cardioprotector durante y tras un infarto agudo de miocardio

La cerveza es una de las bebidas que aporta más hidratación y sensación de saciedad
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La doctora Gemma Vilahur, que ha participado con una ponencia en el Curso de Verano de la Universidad de Castilla-La Mancha que se celebra en Cuenca sobre 'Últimos avances en el tratamiento del síndrome metabólico', ha confirmado que el consumo de cerveza podría tener un efecto cardioprotector durante y tras un infarto agudo de miocardio.

Durante la conferencia 'Efectos del consumo moderado de bebidas fermentadas en la enfermedad cardiovascular', la doctora Gemma Vilahur ha expuesto los resultados de su última investigación, conducida junto a la Doctora Lina Badimon del Instituto de Ciencias Cardiovasculares, en la que se establece que el consumo moderado de cerveza mejoraría la función endotelial a nivel experimental, según ha informado en nota de prensa Cerveceros de España.

Esto se debe, principalmente, a que el alto contenido en polifenoles presentes en la cerveza supone un considerable poder antioxidante, lo que representa efectos "beneficiosos" sobre el endotelio vascular.

Por otro lado, estudios recientes de la doctora Vilahur en humanos han evidenciado que la ingesta moderada de cerveza --regular y sin alcohol-- no ejerce efectos perjudiciales vasculares, ni aumenta el peso corporal en personas obesas con cierto grado de riesgo cardiovascular y sí puede ayudar a prevenir la disfunción endotelial inducida por la exposición prolongada y/o repetida a factores de riesgo cardiovascular.

EL PAPEL DE LAS BEBIDAS FERMENTADAS

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en los países industrializados, siendo la aterosclerosis la primera causa subyacente.

Destaca entonces el hecho de que "múltiples" estudios epidemiológicos hayan respaldado el papel de los efectos beneficiosos asociados al consumo moderado de bebidas fermentadas sobre la salud cardiovascular.

Asimismo, según ha explicado la doctora Vilahur, "el consumo moderado de alcohol, equivalente a 2-3 cañas en hombres y 1-2 en mujeres, se ha asociado a un menor riesgo de infarto de miocardio o muerte en estudios poblacionales".

Según un informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en España las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de defunción --en concreto, tres de cada 10 muertes están asociadas a una patología cardiaca--, por lo que es necesario prestar especial atención a la alimentación.

Así, se ha observado que una dieta rica en frutas y verduras y baja en grasas saturadas tiene efectos positivos sobre la presión arterial, el perfil lipídico y las funciones endotelial y plaquetaria.

Además, a lo largo de los últimos años, tanto estudios clínicos como experimentales han respaldado la hipótesis de que, además del alcohol, los componentes no alcohólicos presentes en las bebidas fermentadas también desempeñan un papel crucial en los efectos protectores a nivel cardiovascular.

De este modo, la doctora Vilahur ha concluido que "el consumo moderado de bebidas fermentadas puede proteger contra el desarrollo de la aterosclerosis y la formación de trombos, reduciendo así el riesgo de sufrir un evento clínico".

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