Las Ursulinas de Sigüenza ingresan en la Orden Civil de Alfonso X El Sabio

Las Ursulinas de Sigüenza ingresan en la Orden Civil de Alfonso X El Sabio
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El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ha aprobado el ingreso en la Orden Civil de Alfonso X El Sabio de la Comunidad de Ursulinas, de Sigüenza, que llegó al edificio del antiguo hospital de La Estrella a llamada del obispo Pedro Inocencio Vejarano el 24 de febrero de 1818.

Este miércoles se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la orden ECD/297/2018 por la que se concede el ingreso en la Orden Civil de Alfonso X El Sabio, con la categoría de Placa de Honor, al Colegio Madres Ursulinas de Sigüenza junto a otras cinco instituciones, ha informado una nota municipal.

La Orden Civil de Alfonso X El Sabio premia a las personas físicas y jurídicas, y a las entidades que se hayan distinguido por los méritos contraídos en los campos de la educación, la ciencia, la cultura, la docencia y la investigación o que hayan prestado servicios destacados en cualquiera de ellos, tanto en España como en el ámbito internacional.

La concede, como gran canciller de la citada Orden, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, ahora Íñigo Méndez de Vigo.

El alcalde de Sigüenza, y presidente de la Diputación provincial, José Manuel Latre, ha felicitado públicamente a la Institución por su ingreso en la Orden Civil de Alfonso X El Sabio, como ya hiciera el pasado 24 de febrero, sumándose al homenaje que la ciudad, de manera transversal, tributó a Las Ursulinas haciéndolo coincidir con el bicentenario de su llegada a la ciudad.

El regidor ha calificado la labor docente del colegio como "referente educativo" entre otras muchas cuestiones por llevar a cabo "una enseñanza integral que deja huella, porque no solamente la hacen de cabeza a cabeza, sino también de corazón a corazón".

La Comunidad de Ursulinas de la orden de San Agustín llegó al edificio del antiguo Hospital de La Estrella en 1818, tras la llamada del obispo Pedro Inocencio Vejarano.

Fue en 1867 cuando se instalaron definitivamente en el actual monasterio-colegio-internado, convirtiéndolo en un lugar de convivencia, un lugar familiar y de formación, donde la tarea educativa se desarrolla en un clima de libertad y participación, consiguiendo que quienes forman parte de ella consideren el colegio algo propio y como una obra y responsabilidad de todos.

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