El obispo de Guadalajara pide a sacerdotes que donen una paga para ayudar

Rodríguez les ha trasmitido además algunas preocupaciones e indicaciones, al tiempo que ha reconocido las iniciativas pastorales de los sacerdotes para estar cerca de los fieles estos días
Atilano Rodríguez cumple 9 años como obispo pidiendo luchar contra la pandemia
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El obispo de Guadalajara, Atilano Rodríguez, ha enviado una misiva a los sacerdotes de la diócesis en la que, entre otras cosas, les insta a que donen una paga extraordinaria para lograr más fondos para ayudar a los más vulnerables en la crisis sanitaria por el coronavirus.

Rodríguez les ha trasmitido además algunas preocupaciones e indicaciones, al tiempo que ha reconocido las iniciativas pastorales de los sacerdotes para estar cerca de los fieles estos días, según ha informado la diócesis de Sigüenza-Guadalajara en una nota de prensa.

"El prelado se muestra preocupado por la situación económica por falta de ingresos de las parroquias, el propio obispado y, sobre todo, de Cáritas, especialmente en este momento en el que serán muchas las necesidades que la Iglesia tendrá que cubrir con sus servicios a los más necesitados", ha señalado.

En la misiva, el obispo de Guadalajara ha reconocido la "labor ingente" de los trabajadores y voluntarios de la acción caritativa en este tiempo, en el que, además, ha crecido el número de familias con necesidades y se han multiplicado también las solicitudes de los servicios en los programas que se realizan, como comida sobre ruedas, entrega de alimentos, atención a transeúntes y personas sin techo.

Consciente de estas necesidades materiales en algunas parroquias y con ánimo de ayudar a los más vulnerables, el obispo ha pedido el compromiso concreto a los sacerdotes, al hilo de lo ya sugerido por la Conferencia Episcopal, para paliar entre todos esta carencia de recursos.

En concreto, les ha sugerido que la posible aportación económica sea lo equivalente a la paga extraordinaria.

Finalmente, el obispo ha querido tener un recuerdo especial para los enfermos y para los residentes que viven en la casa sacerdotal, así como para los trabajadores de la misma, y los fallecidos por culpa del COVID-19.

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