Molina de Aragón acogerá la primera concentración motera del 8 al 10 de julio

El Ice Riders Molina Club, el primer motoclub de Molina de Aragón (Guadalajara), ha organizado su primera concentración motera a nivel nacional, que se celebrará entre el 8 y el 10 de julio en la localidad.

"Queremos que sea un fin de semana ameno para compartir experiencias con gente que tiene nuestra misma afición y, de paso, darnos a conocer a nivel nacional", ha explicado a Efe uno de los integrantes del club, Alberto Rodríguez.

La concentración empezará el viernes por la tarde con la apertura de las inscripciones y la instalación de los participantes en la zona de cámping, para continuar con una parrillada de bienvenida y fiesta nocturna.

El sábado 9 de julio será el día principal con desayuno motero, ruta por la zona y aperitivo por el casco antiguo de Molina y, tras la comida, habrá una visita al Barranco de la Hoz en el Parque Natural del Alto Tajo, juegos moteros, cena y verbena con bingo.

Durante la noche habrá también un desfile motero con antorchas por las calles de Molina "en honor a los compañeros caídos, un homenaje muy bonito a todos los moteros fallecidos".

Las actividades concluirán el domingo con una visita al Castillo de Molina de Aragón con guía, entrega de premios y sorteo de regalos entre todos los participantes en la concentración.

La inscripción para todos los días asciende a 30 euros, 25 para sábado y domingo, e incluye derecho de acampada y uso de las instalaciones del polideportivo, comidas, descuentos en establecimientos de la localidad, regalos de bienvenida y participación en sorteos.

"Esperamos que acuda mucha gente porque hemos preparado la concentración con mucha ilusión y ya contamos con más de 100 preinscritos", ha señalado Rodríguez.

El Ice Riders Molina Club nació en 2015 en Molina para reunir a los aficionados a las dos ruedas en la zona y, según explican sus miembros, el nombre hace referencia a las bajas temperaturas que durante el invierno se alcanzan en Molina de Aragón.

"El nombre lo elegimos un día de enero, después de una ruta, cuando nos dimos cuenta que estábamos a diez grados bajo cero mientras discutíamos posibles nombres y pensamos que no podía ser otro porque nos definía bien", ha concluido Alberto Rodríguez.

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