Ecologistas piden explicaciones por incidentes en la Central Nuclear de Trillo

El Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA), del que forma parte Ecologistas en Acción, ha pedido explicaciones sobre presuntas irregularidades detectadas en la notificación de los incidentes de la semana pasada en la Central Nuclear de Trillo al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

En concreto, según ha informado en un comunicado de prensa, el segundo problema en el sistema de refrigeración se comunicó casi con 48 horas de retraso, cuando el plazo establecido es de 24 horas, lo que "genera dudas sobre el alcance real que pueden haber tenido".

Ha detallado que el pasado martes, 16, comenzó un periodo "complicado" en la central de Trillo cuando, ya en marcha, se bloqueó una válvula del sistema de refrigeración de componentes nucleares.

Según las especificaciones técnicas de funcionamiento de la central, se disponía de 24 horas para recuperar la operabilidad del sistema, pero se optó por parar la planta en decisión que, en ese momento, "parecía mostrar prudencia", ha ampliado.

De madrugada se incendió el transformador principal durante unos quince minutos y se declaró una 'Prealerta de emergencia', lo que se comunicó en tiempo al CSN, y la central ya estaba en parada fría sin que se sepa "si hay relación entre los dos problemas", ha añadido.

"Sin embargo, el día 18 se hace público que la supuesta prudencia podría estar motivada por que la situación en la central fue más seria de lo informado hasta el momento", han mantenido los ecologistas, para quienes esa comunicación reconoce como el martes 16 hubo otro problema dentro de la barrera de presión del sistema de refrigeración del reactor durante el proceso de parada para reparar dicha válvula.

A su juicio, "se trató de una subida de nivel de agua en uno de los tres generadores de vapor que activó las señales del sistema de protección del reactor de cierre automático de las válvulas de aislamiento para evitar una sobrepresión. Parece ser otro fallo de una válvula que indicaba estar en posición cerrada, pero no lo estaba, y determinó un aporte de agua excesivo".

Según este movimiento, "el nivel alcanzado provocó la actuación de las señales automáticas de aislamiento del generador, dejando inutilizado uno de los tres circuitos o lazos de evacuación de calor del núcleo" y, en ese momento, "el reactor aún no estaba apagado (estado de operación 3, espera caliente)".

En este sentido, ha subrayado que cualquier problema que afecte a la refrigeración del reactor "es serio" y aunque "esta vez funcionaron los sistemas automáticos de protección y, además, la potencia estaba bajando, han sido dos fallos muy próximos".

Sin embargo, ha asegurado que ese día 16 "sólo se informó de uno de ellos y el segundo tardó casi 48 horas en hacerse público, a pesar de ser un Informe de Suceso Notificable en 24 horas".

"A qué se debe el retraso en la notificación que ocasionó la parada de la central?", se ha preguntado el MIA, "puesto que la transparencia en la comunicación de los sucesos en las centrales es una herramienta imprescindible de la seguridad nuclear y es necesaria una explicación por parte de la central y evaluación por el CSN", ha requerido.

El movimiento, tras sostener que "sigue con preocupación los incidentes en las centrales nucleares porque, a pesar de las protecciones automáticas y la redundancia de sistemas, el riesgo implícito a esta tecnología es muy alto", ha reclamado, por último, que no se renueven las autorizaciones de explotación de las centrales nucleares y se proceda a su cierre antes de 2030.

Comentarios