Guarinos defiende la seguridad en el Escartín y el PSOE le culpa de mala gestión

La alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos, este martes durante el partido entre el Deportivo Guadalajara y el Barcelona
La alcaldesa sostiene que la prioridad fue garantizar la seguridad en las gradas del Dépor-Barça, mientras los socialistas denuncian falta de previsión, coordinación y apoyo municipal al club en un partido histórico.

La polémica por la instalación de gradas supletorias en el estadio Pedro Escartín durante el partido de Copa del Rey entre el Deportivo Guadalajara y el FC Barcelona ha derivado en un cruce de reproches políticos entre el equipo de Gobierno municipal y el Grupo Socialista en el Ayuntamiento.

La alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos, ha defendido la actuación del Ayuntamiento y ha subrayado que la prioridad absoluta fue en todo momento garantizar la seguridad de los asistentes, mientras que el PSOE considera que el retraso en la apertura de puertas y la incertidumbre vivida por los aficionados fueron consecuencia de una mala gestión y de la falta de apoyo institucional al club.

La regidora ha explicado que las gradas supletorias fueron instaladas inicialmente sin licencia municipal, lo que obligó al Ayuntamiento a requerir al Deportivo Guadalajara la documentación necesaria para poder legalizar su uso. Entre esa documentación, según Guarinos, faltaba el proyecto técnico, un requisito imprescindible para evaluar las condiciones de seguridad, evacuación y autoprotección.

“El Ayuntamiento tiene la obligación de garantizar que cualquier instalación reúna todas las condiciones de seguridad, y este equipo de Gobierno jamás pondrá en riesgo a las personas”, ha afirmado la alcaldesa, insistiendo en que exigir ese proyecto no es una decisión política, sino una obligación legal.

Guarinos ha detallado que el proyecto técnico fue presentado por el club pocas horas antes del inicio del encuentro, lo que obligó a los técnicos municipales a analizar la documentación y a comprobar sobre el terreno la instalación en un plazo muy reducido. Tras ese trabajo intensivo, se autorizó finalmente el uso de la grada principal, con capacidad para 1.860 personas, mientras que las gradas laterales no se habilitaron al no contar con el proyecto necesario para su legalización.

Pese al retraso de aproximadamente media hora en la apertura de puertas, la alcaldesa ha recalcado que el partido se celebró “con total y absoluta garantía de seguridad” y sin incidentes. En este sentido, ha querido agradecer expresamente la labor de los técnicos municipales, así como la actuación coordinada de la Policía Local, la Policía Nacional, la Guardia Civil, Protección Civil y los Bomberos.

Más allá del aspecto organizativo, Guarinos ha puesto el acento en el desarrollo del encuentro y en el comportamiento de la afición. “Nos faltó la victoria, pero el Dépor hizo un partido magnífico, peleando hasta el último minuto. Me quito el sombrero ante su esfuerzo y ante la ejemplaridad de todos los guadalajareños”, ha señalado, destacando que tanto la entrada como la salida del estadio se produjeron con un comportamiento ejemplar por parte de los aficionados.

La alcaldesa ha reconocido que, aunque “si no hubiera sucedido, mejor”, es comprensible que se generara nerviosismo entre los asistentes por el retraso, pero ha insistido en que la prioridad fue evitar cualquier riesgo. “¿Qué pensarían los ciudadanos si el Ayuntamiento no exige que una grada con 1.860 personas reúna todas las condiciones de seguridad?”, ha planteado.

Frente a esta versión, el Grupo Municipal Socialista ha sido muy crítico con la actuación del equipo de Gobierno. La portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Lucía de Luz, ha lamentado la “absoluta falta de coordinación” de la alcaldesa con el Deportivo Guadalajara ante un evento que calificó de histórico para la ciudad.

Según De Luz, desde el momento en que se conoció la fecha del partido, el gobierno municipal debería haberse puesto a disposición del club para apoyar y asesorar, con el fin de evitar el retraso del encuentro y la incertidumbre vivida por miles de personas que esperaron acceder al estadio durante más de una hora después de lo previsto.

“Ayer disfrutamos de un gran partido y hoy deberíamos estar hablando únicamente de eso, pero tenemos que lamentar la falta de previsión y de liderazgo institucional”, ha afirmado la portavoz socialista, quien ha reprochado a Guarinos que no hubiera interlocución directa ni acompañamiento administrativo en un acontecimiento que afectaba a toda la ciudad.

Para el PSOE, no era suficiente con esperar a que faltara un documento. “Había que llamar, sentarse, coordinar y facilitar. Eso es gobernar”, ha defendido De Luz, subrayando que un evento de esta magnitud no se improvisa ni puede dejarse únicamente en manos de un club deportivo.

Los socialistas han valorado de forma positiva el comportamiento ejemplar de la afición y el trabajo de los cuerpos y fuerzas de seguridad, pero han señalado que no es razonable que el Deportivo Guadalajara haya asumido públicamente responsabilidades por una situación que, a su juicio, se podría haber evitado con una mayor implicación municipal. En este sentido, han destacado que fue la Diputación Provincial la que ofreció apoyo de personal cuando el club lo solicitó.

Lucía de Luz ha recordado además etapas anteriores de gobierno municipal en las que, según ha dicho, el Ayuntamiento se volcó con el club en momentos clave, tanto en celebraciones como en situaciones complicadas, como ejemplo de que “cuando hay voluntad política, las cosas salen bien”.

Por su parte, Guarinos ha restado importancia a la crítica política y ha insistido en que su equipo actuó con “total y absoluta responsabilidad”. Incluso ha comparado la situación con anteriores etapas de gobierno, en las que, según ha afirmado, eventos multitudinarios se celebraban sin contar siquiera con planes de evacuación, lo que a su juicio refleja una forma distinta de entender la responsabilidad institucional.

“Nunca pondremos en riesgo la seguridad de los guadalajareños”, ha concluido la alcaldesa, reiterando que actuar de otro modo habría supuesto una grave irresponsabilidad, y quedándose, finalmente, con la imagen deportiva y social de una jornada que, pese a la polémica, quedará en la memoria colectiva de la ciudad.