“Cocinar para otros”, el pequeño gesto como resorte contra el hambre

De la inquietud de dos amigas confinadas, una en Londres y otra en Guadalajara (España), ha nacido un libro que quiere impulsar un movimiento a través de un pequeño gesto: cocinar platos fáciles, transportables y lo suficientemente nutritivos como para dar al menos una comida completa a aquellos que más lo necesitan.  

Aunque no se conocen en persona, Paloma García Ovejero, periodista madrileña en la capital británica, y Susana Pérez, abogada en tierras castellano-manchegas, mantienen su relación desde hace diez años a golpe de teléfono, que es como ha surgido “Cocinar para otros”.

El manual, que es gratuito y se puede consultar en internet, recoge 20 recetas para “ponérselo fácil” a las manos generosas dispuestas a echar un puñado más de ingredientes a sus ollas y multiplicar así un menú que pueda aplacar el hambre de los sintecho, los arruinados, amigos, vecinos o familiares que se han visto más golpeados por la COVID-19.  

También se puede donar dinero por su adquisición, a modo de precio simbólico, a través de una web habilitada por Cáritas, una organización católica que presta servicios sociales y combate la pobreza. 

“Las colas de los comedores sociales son cada vez más largas, más visibles y, sobre todo, la pandemia impide abrir locales y eso significa que ni puedes sentar a una mesa a los que tienen hambre, como se ha hecho hasta ahora, ni tampoco los restaurantes pueden dar fácilmente sobras o excedentes”, señaló García a Efe.  

Ante la incertidumbre económica y la destrucción de empleo por la crisis del coronavirus, la sombra del hambre es cada vez más alargada.

Según cifras de Cáritas, el número de personas que acogieron para la atención de necesidades básicas aumentó en los últimos meses más de un 50 % en España.

Mientras, en el Reino Unido los expertos alertan de que la pandemia aumentará el número de gente que vive en condiciones de pobreza, que ya alcanza los 14 millones de afectados, es decir, casi un cuarto de la población del país, según las últimas estadísticas oficiales. Y la situación no mejorará en los próximos meses.

“Para el tres de julio se espera un repunte enorme porque se acaba el periodo de cierre”, explicó la periodista sobre la vuelta a la calle de los sintecho, ciudadanos que “aparentemente habían desaparecido” tras ser alojados en albergues y hoteles durante el confinamiento, y a los que ahora además se sumarán los “miles que se han ido quedando sin poder pagar su casa o sin cobrar un sueldo”.

“Va a ser un puñetazo en el estómago de Londres y de sus habitantes o incluso de los turistas, si es que vuelven”, añade García, corresponsal de la cadena de radio española Cope en el Reino Unido.

Con este contexto en el horizonte y movidas por el “ojalá pudiera hacer algo” que se colaba en sus llamadas, relatan las autoras, brotó la idea de recopilar una lista de platos fáciles de transportar en un recipiente desechable y que, acompañados por una botella de agua y una fruta, constituyeran una comida completa en proteínas, hidratos y verduras.

“Ágil y fácil” fueron los filtros que aplicó Susana Pérez para elegir del archivo de su blog “Webos Fritos” las 20 recetas que finalmente se plasman en el libro junto a las fotografías que hizo de ellas su marido, Jesús Cerezo.  

El resultado es un recetario electrónico de acceso gratuito en internet (https://libros.webosfritos.es/cocinar-para-otros/), en el que aparecen clásicos como las lentejas con verduras y chorizo y otros más originales como el crumble “con lo que se tenga” o la ensalada de morcilla y fruta.

“Ya no es solo cocinar, porque cocinar para otros es mucho más, es intentar ponerte a hacer algo para otra persona, para reconfortarle el estómago, que es lo más bonito”, relató Pérez.

Las autoras se han “desprendido” del recetario con el firme propósito de que “se les vaya de las manos” y también se lo han ofrecido a Cáritas, de forma que los lectores pueden “poner el precio que quieran” al libro y donarlo a través de la web habilitada por la institución.

“Estamos encantados de que nos plagien, se difunda y nos fotocopien. Es lo mismo que les va a pasar a los lectores, con esto en las manos pueden multiplicar y ampliar hasta el infinito. Ojalá sea un resorte que se dispara”, agregó Ovejero.

“Sabemos que no estamos dando la caña, sino el pez. Pero en nuestra pequeñez lo que queremos provocar son muchos peces y, ojalá, muchas cañas”, apostilló.

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