La comunidad de monjas capuchinas del monasterio de Nuestra Señora de Belén de Cifuentes (Guadalajara), ha acordado, ante el escaso número de hermanas, la supresión del funcionamiento del mismo y la fusión con el monasterio de clarisas franciscanas de Sigüenza.
Así lo ha anunciado la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara en un comunicado, en el que ha recordado que con este traslado, y según el Derecho Canónico y el Derecho Propio de la Orden, los bienes muebles se adjudican a la comunidad receptora, mientras que el convento es titularidad del Obispado.
Asimismo, y siguiendo las instrucciones de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y sociedades de Vida Apostólica, tras acordarse el cierre del convento de Cifuentes, cada una de las monjas ha solicitado personalmente unirse a la comunidad de Sigüenza.
Las monjas clarisas capuchinas han estado en el monasterio de Cifuentes durante más de 60 años, pero a primeros de este año ya solo quedaban cuatro religiosas residiendo en el mismo.
