Aumentan los bautizos de adultos y los matrimonios católicos en Guadalajara
La Diócesis de Sigüenza-Guadalajara ha constatado un ligero repunte en la celebración de matrimonios y un aumento significativo de los bautizos de adultos, especialmente de niños mayores de siete años, según se ha dado a conocer este martes durante la presentación de la memoria económica y pastoral con motivo del Día de la Iglesia Diocesana.
El acto, celebrado en la sede del Obispado, estuvo presidido por el obispo de la diócesis, Julián Ruiz, acompañado por el ecónomo diocesano, Carlos Izquierdo, y el director de la Oficina de Información, Alfonso Olmos.
Según los datos presentados, en el último año se registraron 1.002 bautizos, de los cuales, alrededor de un centenar correspondieron a adultos o niños mayores de siete años, una cifra especialmente significativa, que desde el Obispado se interpreta como "una señal de esperanza y de búsqueda de fe en una sociedad descristianizada".
En cuanto a los matrimonios, la tendencia vuelve a crecer tras el parón provocado por la pandemia, con 232 celebraciones el último año y un aumento previsto para 2025 y 2026.
"El repunte es creciente; incluso algunos sacerdotes tienen ya previstas varias bodas para el próximo año", explicó el obispo, atribuyéndolo fundamentalmente a la salida de la pandemia, etapa en la que el parón de enlaces matrimoniales fue muy significativo.
El prelado ha atribuido este fenómeno "a los efectos retardados de la pandemia", que hizo que muchas parejas "no pudieran contraer matrimonio y hayan ido posponiendo esa decisión por motivos sociales o económicos".
Durante su intervención, el obispo ha subrayado que estos signos "son pequeños destellos de esperanza en una sociedad que vive con una cierta desorientación espiritual". Según ha precisado el Ruiz, en algunos lugares, ser cristiano es ser "genuinamente alternativo".
Una intervención en la que también ha reconocido como entre los jóvenes varones de entre 15 y 22 años se aprecia "un replanteamiento de la vida de fe", aunque no necesariamente vinculado a la práctica religiosa.
"Vivimos en una sociedad digital que ofrece respuestas inmediatas, pero que no termina por satisfacer. En el corazón humano hay un ansia que solo puede alcanzar plenitud en el Señor", ha señalado el obispo, citando a san Agustín.
BALANCE ECONÓMICO Y GESTIÓN DE RECURSOS
Por su parte, el ecónomo diocesano, Carlos Izquierdo, ha presentado las cuentas correspondientes al ejercicio 2024, con unos ingresos totales de 19,8 millones de euros y un resultado positivo de 1,7 millones. La aportación directa de los fieles, a través de colectas y donativos, ascendió a 3,6 millones de euros el pasado año, lo que representa el 18,5% del total de ingresos. Otros ingresos relevantes proceden de subvenciones públicas, actividades y alquileres y la asignación tributaria del IRPF, en la que "dos de cada tres personas marcan la casilla de la Iglesia o de fines sociales", ha dicho.
Ruiz destacó que la diócesis trabaja con los principios de legalidad, eficiencia, transparencia y ejemplaridad: Los gastos ordinarios incluyen 1,7 millones de euros destinados a la retribución del clero y 4,6 millones a conservación de templos y funcionamiento general. Los proyectos extraordinarios, centrados en rehabilitación de parroquias y patrimonio, alcanzan 5 millones de euros. "Somos conscientes de que administramos dinero que no es nuestro y debemos hacerlo con responsabilidad. Cada céntimo recibido debe convertirse en esperanza", ha añadido a este respecto el obispo.
ACCIÓN SOCIAL Y ACOMPAÑAMIENTO A LOS MÁS VULNERABLES
El obispo también ha destacado la labor de Cáritas diocesana ofreciendo algunas cifras al respecto. Así, según ha apuntado, el pasado año se atendió a 30.255 personas y se sirvieron más de 36.000 comidas gracias a 341 voluntarios.
En todo caso, según sus palabras, la pobreza "tiene hoy un rostro feminizado y migrante", y muchas situaciones se han vuelto "crónicas", llegando a atender a hijos de personas que ya fueron beneficiarias en el pasado.
"Sin nuestra cercanía, la vulnerabilidad sería más intensa y más dramática. Queremos que nadie que llame a la puerta de la Iglesia se marche sin al menos un complemento de esperanza", ha declarado Ruiz.
La diócesis cuenta actualmente con 469 parroquias y una catedral, donde ejercen su labor unos 200 sacerdotes, además de numerosas iniciativas en el ámbito cultural y patrimonial, con 39 proyectos de conservación en marcha y 58 edificios catalogados como Bien de Interés Cultural, unos datos aportados por Alfonso Olmos.
El obispo ha concluido su intervención recordando que la Iglesia "no es una ONG", sino una comunidad con una misión espiritual y social que se sustenta en la santidad y la responsabilidad. "Queremos ser signos de esperanza en un mundo donde abundan las personas desesperanzadas", ha concluido.