El vídeo de la juerga y brutal calentón de Terelu Campos con Pipi desatados dándose amor

Ambos, totalmente ajenos al mundo en plena discoteca, dan rienda suelta a su pasión sin ser conscientes de que les están grabando
En la imagen de archivo el periodista Pipi Estrada junto a la presentadora Terelu Campos
photo_camera En la imagen de archivo el periodista Pipi Estrada junto a la presentadora Terelu Campos

Según recoge DonDiario, si algo sabe Terelu Campos después de los muchos años que lleva ante las cámaras de televisión, es que toda tu vida privada puede acabar siendo emitida, en uno o varios programas, con intención de conseguir una exclusiva que seduzca a la audiencia.

Algo que ha podido comprobar en primera persona con su bronca con su hermana Carmen Borrego, en la que se veía también envuelta Alejandra Rubio, y que se convertía en uno de los temas predilectos de su cadena durante semanas.

Sin embargo, hay un tema del que la actual presentadora de Sálvame Lemon Tea aún no es capaz de hablar con demasiada frecuencia ante las cámaras: y no es otro que su relación con Pipi Estrada, la cual tuvo grandes momentos... y acabó de forma estrepitosa.

Una relación que, tal y como se puede comprobar en muchas de las fotografías de la pareja, estaba llena de amor y de seducción por parte de ambos, que no dudaban en posar, muy cerca y sonriendo a las cámaras, en cualquier ocasión que lo solicitasen los reporteros.

Bailes de seducción en plena discoteca

Tal era la atracción entre ambos, que ni siquiera un espacio tan abarrotado y público como una discoteca era capaz de frenar sus ansias de seducirse y de tocarse mútuamente.

Algo que ha vuelto a salir a la luz en las redes sociales, donde se ha hecho viral un vídeo en el que aparece la pareja en pleno calentón en una discoteca mientras bailan muy pegados, y en el que Terelu Campos no duda en rozar sensualmente a su novio para enloquecerle.

Así pues, en el vídeo se puede ver cómo, ajenos a todo lo que sucedía a su alrededor, incluso ajenos al paparazzi, ambos periodistas disfrutan del contacto entre ambos, abrazados al compás de la música, mientras sus cuerpos y sus movimientos dejan claro que preferirían estar en otro sitio más privado.

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