Según recoge LA RAZÓN, ya ha pasado cerca de un mes desde que se viralizó a través de las redes sociales un vídeo en el que Santi Millán aparecía manteniendo relaciones sexuales con una mujer. El presentador fue víctima de un delito y tanto los que filtraron las imágenes como quienes las compartieron se enfrentan a serias consecuencias.
“Será castigado con una pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis a doce meses el que, sin autorización de la persona afectada, difunda, revele o ceda a terceros imágenes o grabaciones audiovisuales de aquella que hubiera obtenido con su anuencia en un domicilio o en cualquier otro lugar fuera del alcance de la mirada de terceros, cuando la divulgación menoscabe gravemente la intimidad personal de esa persona”, recoge el artículo 197.7 del Código Penal.
Muchos usuarios también pusieron el foco en la mujer de Santi Millán, Rosa Olucha, a quien transmitieron sus condolencias por lo que, presumieron, fue una infidelidad. Nada más lejos de la realidad, ella misma manifestó que su relación está basada en el respeto y puntualizó que “la gente folla, dentro y fuera del matrimonio”.
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Superado el huracán mediático, la pareja se relaja ahora durante sus vacaciones de verano en algún lugar paradisíaco del Mediterráneo. Tal y como ella ha publicado a través de sus redes sociales, parecen haber encontrado un rincón tan escondido que se han visto con la confianza de despojarse de sus bañadores y quedarse completamente desnudos. Mientras que Rosa Olucha ha jugado con la perspectiva de la cámara para cubrir sus encantos, ha utilizado el icono de un trébol de cuatro hojas para esconder los de Santi Millán.
Desde que se desencadenó la polémica, Santi Millán se ha mantenido algo alejado de la opinión pública y mantiene un sepulcral silencio en lo relativo a este asunto. Se desconoce si el presentador ha emprendido acciones legales contra quienes publicaron y difundieron su vídeo, pero la Ley le ampara en este sentido.
