Según recoge Lecturas, Kiko Matamoros ha vuelto al hospital este jueves 30 de julio. Aunque en un principio parecía que el colaborador de ‘Sálvame’ había superado sin ningún tipo de problemas la intervención en la que le extirparon la vesícula, el padre de Laura Matamoros ha tenido que ser ingresado de nuevo debido a que sufre una pancreatitis, tal y como han confirmado sus propios compañeros de ‘Sálvame’ Según han explicado, Matamoros tenía ganas de trabajar e iba a estar presente en el programa. Sin embargo, esta misma mañana ha llamado a la dirección para explicar que tenía que acudir de urgencia al centro médico.
Kiko Hernández ha asegurado que el taxista que ha llevado a su compañero y Marta López Álamo al centro médico le ha explicado que ha tenido que saltarse las normas de circulación en cuatro ocasiones por el terrible dolor que tenía en el abdomen.
Kiko Matamoros recibió el alta el pasado miércoles tras haber sido intervenido. Acompañado en todo momento por su pareja, Marta López Álamo, el propio colaborador explicaba que todo había ido muy bien aunque con alguna complicación durante su paso por quirófano. Una operación sencilla de la que, en principio, se iba a poder recuperar sin ningún problema.
“Todo ha ido perfectamente”, aseguraba el propio colaborador a través de su cuenta de Instagram. De hecho, Kiko entraba nada más pasar por quirófano en ‘Sálvame’ para aclara cómo se encontraba y confirmar que iba a recibir el alta. Entonces, además, reconocía que la operación se había complicado. “He tenido molestias, se complicó la operación porque la vesícula parecía una berenjena y había afectado al hígado”, aseguró entonces.
Un paso por el hospital que llega después de que el colaborador de ‘Sálvame’ tuviera que someterse a una operación de urgencia a mediados de junio. “Me operaron el lunes porque se me obstruyó el conducto biliar por un cálculo que salió de la vesícula”, explicó entonces el tertuliano.
Una situación de urgencia que fue un aviso y que ha terminado con el colaborador pasando de nuevo por el quirófano para quitarse a vesícula. “Mucha gente vive sin ella y se puede hacer vida normal. Ahí es donde se genera la bilis y a partir de que me la extraigan hay una serie de alimentos que tendré que evitar, sobre todo las grasas, los picantes, el alcohol…”, explicaba antes de la intervención.
