La dura confesión de Lydia Lozano y el dramático estado de su marido Charly

En el fotomonaje exclusivo de INFORMALIA, Lydia Lozano junto a su marido llegando a su casa este viernes
Informalia publica las primeras imágenes de Charly tras su paso por el hospital y su vuelta a casa, acompañado de su mujer, Lydia Lozano

Según publica en exclusiva Informalia, a las 13:00 horas de este frío pero soleado 26 de diciembre madrileño, Lydia Lozano (65) regresaba a su chalé junto a su marido, Charly (72). En silla de ruedas, ayudado por un amigo y siempre arropado por su esposa, el marido de la periodista volvía a casa tras salir a realizar una gestión, posiblemente una revisión médica, dejando una estampa cargada de emoción y alivio.

Hace solo unos días, Charly recibió el que sin duda ha sido el mejor regalo de Navidad: el alta hospitalaria y la posibilidad de continuar su recuperación en casa. Un momento largamente esperado tras casi tres meses de ingreso, marcados por la incertidumbre y las complicaciones derivadas de una bacteria detectada después de una delicada operación de espalda.

Ese alivio es también el sentimiento que mejor define ahora el estado anímico de Lydia Lozano. Optimista por naturaleza, la comunicadora no ocultó durante estas semanas la dureza del proceso. Aunque nunca perdió la esperanza, sí hubo momentos en los que la angustia le robó la sonrisa. De hecho, quienes la conocen aseguran que pocas veces se la había visto tan abatida como durante este tiempo.

Una vuelta a casa muy especial

La llegada de Charly a su domicilio madrileño hace días en ambulancia fue recibida entre aplausos y vítores de su mujer. Todo estaba preparado y adaptado para facilitar esta nueva etapa de recuperación, un paso clave después de tantas semanas de hospital.

Ahora, el marido de Lydia comienza poco a poco a recomponer la normalidad, como anticipaba su mujer en Semana hace días: "Estoy muy feliz, pero desbordada", confesaba con sinceridad. "Hemos vivido prácticamente en el hospital durante más de dos meses y medio. Tengo la nevera vacía y hasta maletas allí, pero no me importa nada. Mi deseo se ha cumplido: tener a Charly en casa por Navidad. Ese es el mejor regalo. Sin salud, no hay nada", decía visiblemente emocionada.

Estas fiestas son distintas para ambos. Acostumbrados a reuniones numerosas, este año las celebran en la intimidadCharly aún mantiene rutinas muy similares a las del hospital y necesita mucho descanso, por lo que no recibirán visitas de momento. Aun así, Lydia ya sueña con abrir pronto las puertas de su casa para que familiares y amigos puedan verle.

El camino no ha terminado. Charly deberá continuar con la rehabilitación y seguir el tratamiento antibiótico en casa para combatir la infección, pero su actitud es clave: se muestra animado y feliz por haber dejado atrás las paredes del hospital. Lydia, consciente de que aún le toca ser fuerte un tiempo más, no duda: "Charly se lo merece todo y voy a estar a su lado". Solo hay un pequeño detalle pendiente para que la felicidad sea completa: el regreso de su perrita Bali, que aún permanece al cuidado de otra persona hasta que Charly esté más recuperado.

Este ha sido, sin duda, uno de los años más duros para Lydia Lozano. Comparable solo a 2021, cuando perdió a su hermano Jorge, 2025 le ha traído la muerte de su madre el pasado mes de abril, nuevas intervenciones quirúrgicas y el empeoramiento de los dolores provocados por la artritis que padece. A todo ello se sumó en octubre la operación de espalda de su marido y el posterior reingreso por una grave infección.

"Lo estoy pasando fatal", reconocía a comienzos de noviembre. Hoy, sin embargo, el horizonte empieza a despejarse. Con Charly ya en casa, la periodista afronta el final de año con esperanza y la mirada puesta en un 2026 que ambos desean estrenar con salud, calma y nuevos aires.