Se destapa lo jamás contado de la muerte de Lina Morgan: “Parecía que se secuestró su cuerpo”

"En 2004 había 1.000 millones y en 2006, ni la mitad"
Fallece a los 78 años en su domicilio de Madrid Lina Morgan, la reina de La Latina / Fotografía: ABC
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Según informa en exclusiva Paloma Barrientos en VANITATIS, se han cumplido cinco años de la muerte de Lina Morgan. En realidad, la actriz murió el 19 de agosto de 2015 pero no se se informó oficialmente del fallecimiento hasta un día después. Unas semanas antes de su defunción, los doctores que la trataban ya habían comunicado a Daniel Pontes que la situación de su “jefa” y amiga era irreversible. Había que tomar decisiones y la principal era cumplir con la promesa que le había hecho cuando Lina estaba aún en condiciones de exponer lo que quería que él hiciera tras su muerte.

La actriz le había expresado claramente que no quería una despedida multitudinaria y pública. Prefería que la gente se enterara de su fallecimiento cuando ya estuviera enterrada. “Me dijo que había que hacer con ella lo mismo que ella había hecho con sus hermanos Julia y José Luis, que la prensa se enteró de sus muertes tiempo después. Lo hizo porque le agobiaba que la vieran llorar en el tanatorio o donde fuera. Me dijo que no quería en su funeral plañideras ni gente que no la había querido en vida. Incumplí la promesa, pero me alegré porque creo que me habría pesado siempre”.

El productor Jesus Cimarro, que compró a la actriz el teatro La Latina, explicó a Pontes que no era justo que le robara a los admiradores y seguidores de Lina Morgan la oportunidad de despedirse de ella. Y se montó la capilla ardiente en el que había sido su teatro. “La gran ilusión de su vida fue comprarlo. Era su casa”, confirma el tutor y heredero de Morgan.

"Fue muy feo y muy triste"

Precisamente este incumplimiento sirvió para que se creara una polémica en torno a su restos mortales como cuenta Dani Pontes a 'Vanitatis': “Ella murió el 19 y lo comunicamos al día siguiente, que fue cuando ya se abrió el teatro de La Latina para la última despedida. Hubo que cumplir con las normas que establece la Comunidad de Madrid cuando se dan estas circunstancias especiales. Desde que una persona muere hasta que la incineran o entierran tienen que pasar 24 horas o, si se expone, como mínimo 48. Lina Morgan pasó de casa al tanatorio, del tanatorio a La Latina y de ahí, otra vez al tanatorio. Hubo quien dijo que la caja estaba vacía, que no había razón para que estuviera en una funeraria y dos veces en el tanatorio. La razón no era por gusto sino porque había que cumplir con el requisito oficial impuesto por la Comunidad”.

Según Pontes fueron comentarios maliciosos y calumniosos: “Al no tener familia que la defendiera parecía que se había secuestrado el cuerpo de Lina Morgan. Fue muy feo y muy triste”

"En 2004 había 1.000 millones y en 2006, ni la mitad"

Además, Daniel Pontes responde a Paloma Barrientos varias preguntas que resuelven algunas dudas:

P: Tú estabas casado, tenías hijas, nietas y asumiste muchas responsabilidades como ser tutor legal.

R: Sí, pero nadie me obligó. He llevado las cuentas hasta el último céntimo y la prueba es que ni Hacienda ni nadie ha venido a reclamar. A mí la herencia me podía haber creado muchos problemas o que, incluso, alguien hubiera intentado impugnar.

P: ¿Es verdad que en el hospital te ponían pegas y tenías que presentar documentos?

R: Lina estuvo tres meses sedada y después ocho más, y yo era el que tenía que tomar decisiones. En el hospital en el que estaba no querían que se muriera allí. Poco menos que nos echaron. Alegaron que no estaba para estar ni en UCI ni en planta. En ese centro no había una zona intermedia y nos tuvimos que ir.

P: ¿Cómo fue esa firma ante notario donde te cedía todas las decisiones?

R: Era 2008 y Lina estaba perfecta de salud. En el notario había otras dos personas aparte de mí mismo. En un momento dado, Lina Morgan se volvió hacia mí y me dijo: “Dani, ¿a usted no le importa ser mi tutor y mi administrador?”. Aún no se había vendido el teatro, que por cierto no fue una gran tragedia. No era rentable, hubo una nefasta gestión y la solución fue venderlo. En 2004 había mil millones y en 2006 no había ni la mitad.

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