El dueño del bar del museo de Rocío Jurado, en la ruina: su llamada desesperada a Fidel

Mario Amarillo asegura haber perdido más de 90.000 euros a consecuencia de “las trabas” con las que se ha encontrado a la hora de poner en marcha su negocio
A la luz el plan de Rociito y Fidel Albiac "para seguir haciendo daño" lejos de Telecinco
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Según recoge La Razón, la semana pasada, Mario Amarillo, el propietario de la concesión del bar del Centro de Interpretación Rocío Jurado de Chipiona, lamentaba en sus redes sociales que tenía que cerrar su negocio tras haber perdido más de 90.000 euros. El hostelero denunciaba algunos errores por parte de la Administración Pública y aseguraba que tomaría medidas legales para intentar hacer justicia. “Demandaré al Ayuntamiento de Chipiona por todo el daño que me han causado”, advertía.

La situación no parece haber mejorado, y a través del canal de Youtube de Antonio David Flores, Mario Amarillo ha vuelto a poner el foco en las supuestas “trabas” con las que se ha topado a la hora de poner en marcha su negocio. Una serie de fallos administrativos y burocráticos de los que no se hace responsable y que, según su versión, le han llevado a la ruina.

Museo de Rocío Jurado

Ante esta complicada situación, Mario Amarillo no ha visto más remedio que ponerse en contacto con Fidel Albiac, esposo de Rocío Carrasco -quien gestionó la apertura del museo sobre su madre-, para intentar solucionar el problema. El hostelero habla de “una llamada desesperada” cuyo contenido prefiere no desvelar, aunque de sus palabras se entiende que no llegaron a un acuerdo: “Tengo el tema en manos de mi abogado porque estamos preparando la demanda (contra el Ayuntamiento)”.

Por su parte, LA RAZÓN se puso en contacto la semana pasada con Isabel Jurado, concejala del Ayuntamiento de Chipiona por el Partido Popular, y explicó que el problema puede venir de un malentendido a la hora de pactar las condiciones de la licencia: “Se le había dicho de palabra a este señor como adjudicatario que no sólo le correspondía la parte del bar, sino que le correspondían otras salas de la nave, cosa que nosotros sabíamos que no era así, porque en el pliego de condiciones decía claramente que el canon correspondía al sitio donde está ubicado solamente el bar”.

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