Según recoge La Razón, Fue en enero de 2023 cuando Ana María Aldón y Ortega Cano por fin firmaron su divorcio, haciendo oficial una separación que en realidad se gestó varios meses atrás. Desde que decidieron tomar caminos separados han pasado cerca de dos años y sus vidas han dado giros radicales, especialmente la de la diseñadora andaluza, que ahora vive en una casa con su hijo José María y ha pasado página de la mano de Eladio, su nueva pareja, con quien tiene pensado pasar por el altar más pronto que tarde.
Pero no todo son luces en la vida de la modista, que en los últimos meses ha experimentado un declive mediático que podría mermar y mucho su economía. Aldón no despierta el interés de antaño y para rentabilizar su colaboración en “Fiesta”, el programa de Telecinco donde trabaja, sus jefes han tenido que convertirla en el blanco de las críticas.
Así quedó demostrado a principios de verano, cuando Aldón tuvo que lidiar con los ataques de parte de sus propios compañeros que la acusaban de inflar demasiado los precios de las prendas de ropa que vende a través de sus redes sociales. Un equipo de investigación descubrió que en lugar de crear sus propias piezas, la diseñadora compra el producto en un almacén de proveedores asiáticos con la intención de obtener un margen de hasta un 200 % de beneficio.
Lo cierto es que los precios de su tienda online no están al alcance de todos los bolsillos y se antojan algo elevados, teniendo en cuenta que no se trata de creaciones originales y que se pueden encontrar en otros portales. LA RAZÓN ha podido encontrar este vestido asimétrico de flecos en hasta cuatro plataformas más, y en todas ellas se vende más barato que en el negocio de Aldón, con una diferencia de hasta 30 euros.
Quizá por esta razón cada vez sea más habitual encontrar comentarios negativos en las redes sociales de Ana María Aldón relativos a su negocio de ropa. Algunas de sus seguidoras no aprueban su forma de hacer negocio y así se lo hacen saber, ya sea mediante las críticas o dejando de seguirla. Es más, este mes de julio, la modista ha perdido casi 800 seguidores, según las cifras que arroja la herramienta Socialblade.
Un declive mediático y de popularidad que podría pasar factura -nunca mejor dicho- a su economía, un tanto dependiente de la pensión de Ortega Cano. Ella misma se quejó ante los espectadores de su programa que su exmarido no estaba cumpliendo con lo pactado en cuanto a la mensualidad que debía abonar para cubrir los gastos del hijo que tienen en común, una situación que la llevó al límite e incluso a barajar una demanda.
