"Él entraba por la terraza": Destapan las citas secretas de la reina Letizia en su pisito de soltera

El piso que fue escenario de las primeras citas de Letizia y don Felipe
"Él entraba por la terraza": Destapan las citas secretas de la reina Letizia en su pisito de soltera - Fotomontaje: Informalia
photo_camera "Él entraba por la terraza": Destapan las citas secretas de la reina Letizia en su pisito de soltera - Fotomontaje: Informalia

Según recoge Informalia, doña Letizia ahora reside en palacio, con varios sirvientes a su servicio y rodeada de lujo y glamour. Pero hubo un tiempo en el que la asturiana era una ciudadana más y vivía en el barrio madrileño de Valdebernardo, más concretamente en la calle Ladera de los Almendros, en un piso de una urbanización que cuenta con piscina privada y una pista de tenis.

La vivienda de Letizia era de 80 metros cuadrados, aunque solo 70 útiles, y disponía de dos habitaciones, salón, cocina y un baño. Allí vivió primero ella y después su hermana, Érika Ortiz, quien se quitó la vida cuando residía allí. El cuerpo fue encontrado en el piso el 7 de febrero de 2007.

El portal Cotilleo ha preguntado a los vecinos que coincidieron con Letizia cuando aún trabajaba de periodista: "Era agradable, pero al mismo tiempo distante. Dudo que tuviera amigos en el vecindario, asegura uno de los propietarios. Al parecer, se dejaba ver poco por las zonas comunes y apenas entabló contacto con otros vecinos. "La habré visto una o dos veces en la piscina", confirma una inquilina.

La madre de la ahora reina, Paloma Rocasolano, era la que más agradable se mostraba con los residentes cada vez que visitaba a su otra hija, Érika Ortiz, que se quedó con el piso de Letizia cuando se mudó a Zarzuela. "A la que más he visto por aquí es a su madre, con la hija de Érika (Carla). Venía mucho de visita. Era una mujer encantadora, se portaba con los vecinos estupendamente. En el ascensor hablábamos del tiempo", cuenta una vecina.

Este piso fue el escenario de las primeras citas de Letizia y don Felipe. Los residentes recuerdan que el entonces príncipe de Asturias se las ingeniaba para ver a su amada. Su modus operandi era entrar con el casco de la moto puesto. Según explican, coincidían con frecuencia con un hombre misterioso que nunca se quitaba el casco de la moto de la cabeza. Al parecer, era un tipo corpulento y alto que encaja con la descripción del soberano. "También dicen que entraba por la terraza", añade otra de las vecinas.

Los servicios de seguridad de Felipe también trataban de mantener el secreto bajo llave. Cuando él entraba al edificio "había problemas con los teléfonos y las puertas del garaje porque ponían inhibidores cuando él venía. Era algo normal, por cuestiones de seguridad", dice una propietaria al portal.

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