Según recoge ABC, Rocío Flores ha pasado, en apenas unos meses, de mantener un perfil bajo a convertirse en el centro y pieza clave de la familia de la desaparecida Rocío Jurado a nivel mediático. Lo hizo tímidamente, como defensora de su padre en su regreso televisivo, y continuó pisando fuerte hasta convertirse en el fichaje estrella de «Supervivientes». En un primer momento, se negó a responder las preguntas sobre su madre y el conflicto por el que llevan más de siete años sin hablarse, pero conforme iba ganando popularidad y presencia, cada vez cedía un poco más en el terreno personal. Muestra de ello es la súplica que hizo públicamente, rogando a su madre que viera su concurso y la llamara por teléfono.
Pero Rocío Flores no ha soltado prenda sobre el detonante que hizo que su relación con Rociíto se dinamitara. Sobre este tema se ha hablado mucho desde hace años, pero especialmente en los últimos meses, aprovechando la presencia mediática en auge del clan. Un drama familiar por el que la heredera universal de «la más grande» no se habla con sus hijos, pero tampoco con el resto de parientes, y que tiene su origen en la muerte de la de Chipiona. Si bien es verdad que hay ciertos episodios que han ido viendo la luz y explicarían, si no la guerra con el resto de familia, al menos, el distanciamiento materno-filial.
Al parecer Rocío Flores y su madre tuvieron una bronca monumental, con gritos y algún tortazo y que incluso se presentó una denuncia ante la Guardia Civil. Este podría haber sido el desencadenante de la posterior demanda que interpuso en 2013 Antonio David Flores para reclamar ante la Justicia la guarda y custodia en exclusiva de su hija, fruto de su matrimonio con Rocío Carrasco. Un encontronazo que recordó hace unos meses Isabel Rábago en «Viva la Vida»: «Hay una situación, un episodio concreto entre madre e hija que acaba en unas diligencias, que acaban delante de un juzgado, que hay una condena que no es precisamente para Rocío Carrasco y que hay unas condiciones que impiden legalmente que madre e hija estén juntas», explicó.
Fue hace poco, tras estas declaraciones, cuando «Vanitatis» hizo pública parte de la demanda en la que se recoge aquel episodio. «Encontrándose la menor en el domicilio familiar junto a su madre, la pareja de esta y su hermano, inició una disputa con aquella en el transcurso de la cual le propinó varios golpes, llegando incluso a tirarla al suelo, para posteriormente seguir golpeándola, dándole varias patadas», recoge, según el medio citado, la sentencia del Juzgado de Menores número 4 de Madrid con fecha de 4 de marzo de 2013.
Faceta desconocida
Rocío Flores era prácticamente una desconocida para el público a pesar de pertenecer a una de las familias más populares del panorama español. Antes de comenzar su andadura pública, se dedicaba a trabajar como «coach» (asesora) de vida saludable y su negocio le reportaba muchos beneficios. Trabajando desde casa, afirmaba que le iba muy bien profesionalmente y que había conseguido cierta independencia económica. Su trabajo consistía en ayudar a otras personas a ponerse en forma a través de un plan saludable de seguimiento. Además, antes de partir hacia Honduras, se metió de lleno en sus estudios de Nutrición, que no abandonó a pesar de tener que viajar cada semana a Madrid para ejercer de defensora de su padre en los platós.
Ya por entonces, a pesar de seguir con sus estudios y su negocio, la joven contrató a Agustín Etienne, representante también de su padre y de otros rostros conocidos como Belén Esteban (después de que esta finalizara su contrato con Toño Sanchís por la polémica). Un importante paso con el que ya parecía estar anunciando su entrada oficial en la esfera pública y el mundillo de la fama y la televisión. Además, ha contratado una agencia de publicidad para que le gestione los contenidos patrocinados y publicidad, convirtiéndose en un reclamo para las marcas. Y es que su numero de seguidores ha crecido exponencialmente últimamente, superando el medio millón de usuarios. De hecho, ya hace sus pinitos como «influencer» y ha realizado acciones publicitarias de la mano de conocidas marcas y empresas.
Manuel Bedmar, con quien lleva tres años saliendo y que es el claro protagonista de sus publicaciones, en las que no duda en declararle su amor. Él es un joven malagueño de 24 años amante de los coches y de los deportes y miembro de un equipo municipal de fútbol sala, tal y como contaba recientemente «Look». Bedmar ha conseguido conquistar también a la familia de su novia y fue uno de los invitados a la boda de José Ortega Cano y Ana María Aldón en 2018.
Antes y después
La joven ha protagonizado un gran cambio físico tras su regreso de Honduras, donde adelgazó 15,5 kilos. Ahora, la hija de Antonio David continúa trabajando para aprovechar la pérdida de peso y seguir poniéndose en forma. También ha comenzado a realizarse pequeños retoques estéticos y tratamientos propios de las famosas de hoy en día.
