Según recoge VozPopuli, María Casado siempre ha sido muy celosa con su intimidad hasta el punto de que sólo le hemos conocido pareja oficial hace unos días, en Marbella, donde se presentó con su nueva novia, la cantante catalana Martina, tal y como te contamos en Vozpópuli.
Esta relación es la única que la presentadora, de 43 años, ha dado a conocer a los demás. Hace tiempo se dijo que salía con Toñi Moreno, también periodista y presentadora, pero ninguna confirmó la noticia.
Ahora, tras presentar a Martina en sociedad, sale a la luz una misteriosa relación que María Casado llevó en el más absoluto secreto: un matrimonio con una periodista de La Sexta.
María Casado se casó con la también periodista de La Sexta Guiomar Roglán, con la que tuvo una relación que duró diez años, detalla Loc. Ambas se casaron el 11 de julio de 2014 en l'Empordà (Girona), época en la que María Casadoya presentaba Los Desayunos de TVE. La relación entre las periodistas no trascendió. De hecho, hasta hoy sólo el círculo más íntimo de ambas conocía esta historia.
Guiomar Rolglán trabaja actualmente como reportera en las noticias de La Sexta. Anteriormente, y en la misma cadena, trabajó en Al Rojo Vivo tras pasar por SER, RTVE y TV3.
¿Se volverá a casar con Martina?
Todo esto ya es historia y María Casado vive feliz en Málaga, junto a su guapísima novia. Ambas estuvieron este fin de semana en la gala de Marbella como una pareja más, y bien consolidada, lo que refleja que su unión es de hace varios meses atrás. Ambas se conocieron a través de un amigo en común y la chispa fue inmediata.
Martina es cantante, vocalista de un grupo llamado Red California, compuesto por mujeres. Su cabello largo y moreno y sus labios rojos son su signo de distinción, así como los numerosos tatuajes que luce en su cuerpo.
No se conoce su edad, pero es evidente que es mucho más joven que su chica. Una diferencia de edad que no ha sido un impedimento, pues están la mar de bien juntas, en su casa, la que comparten, por cierto, con un gato, que es de ambas.
Veremos si también acaban pasando por el altar.
