Según recoge Diario Gol, una de las imágenes de los medios de papel cuché que más impactaron durante las primeras semanas de 2020 fue la del estado físico del rey emérito Juan Carlos I. Concretamente, el que mostró en el funeral de su hermana, la infanta Pilar de Borbón.
Estado físico preocupante
O la que se le vio cuando antes se le vio en el hospital visitando a Simoneta Gómez-Acebo, hija de la infanta Pilar. Su tío Juan Carlos acudió a visitarla cuando a esta le dio una bajada de defensas después de recibir la noticia de la muerte de su madre, lo que desembocó en una neumonía y en su ingreso en el Hospital Universitario La Zarzuela. Y los que vieron al padre de Felipe VI afirmaron que apenas puede andar sin ayuda.
Dos apariciones del rey emérito que generaron consternación en el entorno de la Familia Real y en muchos medios. La imagen del suegro de la Reina Letizia hizo saltar las alarmas.
Golpeado por la corrupción
Más aun después de la publicación por parte del diario The Telegraph del presunto cobro del rey emérito Juan Carlos I de 100 millones de eurosprocedentes de Arabia Saudí en concepto de comisiones por participar en la construcción del AVE Medina-La Meca. Y también de lo que reveló el gestor del monarca, Arturo Fasana. Según Fasana, Juan Carlos se presentó en su despacho en Suiza con un maletín lleno de billetes por valor de 1,7 millones de euros, que pretendía ocultar.
Noticias que han golpeado duramente a un Juan Carlos que se encuentra pasando la cuarentena solo, alejado de su familia y, según Jaime Peñafiel, con una depresión encima bestial. Y muchos se preguntan cómo habrán sido sus evoluciones en los últimos días.
Una pregunta a la que Pilar Eyre arrojó algo de luz en un artículo publicado en la revista Lecturas. La cronista confirma lo que recogimos en Diario Gol hace unas semanas: que la silla de ruedas se ha convertido en su ‘fiel amiga’. “Se desplaza ya siempre por Zarzuela en silla de ruedas”, apuntó Eyre.
Todo ello, aunque no le hablen, tiene muy preocupada a los miembros de Zarzuela, así como a las infantas Cristina y Elena. Y es que en algunos círculos se dice incluso que “Felipe VI está listo para lo peor”.
