Según recoge Lecturas, desde esta misma mañana, Irene Rosales tiene dos estrellas en el cielo que velan por ella. Su padre, Manuel, ha fallecido tras llevar años enfermo. Su hija ha estado volcada con él en todo momento y no se ha separado de él. Ha sido la propia colaboradora, con un enigmático stories en Instagram, donde ha dejado entrever la tristísima noticia. Su marido, Kiko Rivera, también ha hecho lo mismo, y, además, ha pedido que acabara pronto este aciago 2020.
Semana confirma el fallecimiento del progenitor de Irene Rosales que, a comienzos de este año, también tuvo que decir adiós a su madre. 2020 ha resultado especialmente aciago para ella, que se ha quedado sin dos de sus apoyos fundamentales.
Ella, que está muy unida a su familia, jamás les ha fallado y cuando la salud de sus padres empezó a flaquear, Rosales fue un ejemplo de entrega para los suyos.
Ahora, tras llevar días en situación crítica tal y como avanzaba ayer por la tarde en Sálvame Kiko Matamoros, la mujer de Kiko Rivera ve partir a Manuel, al que siempre ha protegido; especialmente a raíz de que hace 16 años, mientras trabajaba, sufrió una aparatosa caída que le ocasionó un tumor cerebral con el que ha tenido que lidiar más de tres lustros.
Las últimas semanas, Irene ha vivido situaciones límite. Entre semana se ocupaba de su padre, del que en anteriores ocasiones había dicho que "no se podía valer solo", y de sus dos hijas, para, en el fin de semana, viajar hasta Madrid y participar en 'Viva la vida', programa en el que colabora y que se ha convertido en la principal fuente de ingresos de la familia que ha vivido estrecheces económicas derivadas de la crisis sanitaria y de la paralización de actuaciones y actividades de ocio nocturno, en las que Kiko trabaja.
En los últimos días, la presencia de Irene cuidando de su padre se había intensificado, pues la salud de Manuel había mermado. Hoy, a las 6 de la mañana, tal y como asegura Semana, la vida de su padre se ha apagado.
Como decimos, Irene es tremendamente familiar. Tiene una relación ejemplar con sus hermanos, algo que siempre ha envidiado Kiko de su mujer. Para ella, es fundamental que sus dos hijas se críen con estos valores por eso le resulta especialmente doloroso que las cosas con Isabel Pantoja estén torcidas, "es la única abuela que les queda", dijo, antes de asegurar que jamás hablaría mal de ella por el respeto que esto le provoca. Tras la muerte de Manuel, este sentimiento se hará más hondo.
ISABEL PANTOJA EN LA ENCRUCIJADA
Esta triste noticia ha llegado en el momento de máxima tensión entre Isabel Pantoja y su hijo y su nuera.
De ahí que la cantante se encuentre ahora en una tesitura de lo más complicada. Una de las grandes dudas que surge en torno al día de hoy es si la tonadillera saldrá de Cantora para acudir a arropar a Irene en un instante tan doloroso como este.
Hace tan solo unos meses, cuando falleció la madre de la colaboradora de ‘Viva la Vida’, Isabel Pantoja no dudó en viajar hasta Sevilla para estar al lado de su hijo y su nuera. La cantante estuvo en el tanatorio, donde se mostró muy cariñosa con ambos.
A lo que no asistió la artista fue al funeral de Mayte, pero su ausencia se debió a una poderosa razón. Isabel Pantoja fue la que se encargó de quedarse con sus nietas Ana y Carlota mientras Kiko e Irene daban el último adiós a una de las personas más importantes de su vida.
Porque esta fue la pérdida más dolorosa para Irene, pero Kiko Rivera también sufrió mucho este fatal desenlace por la buena relación que mantenía con su suegra. Una persona a la que tal y como han asegurado han echado mucho de menos estas últimas semanas.
Ahora la situación se repite para Irene Rosales, pero las cosas con Isabel Pantoja son muy diferentes. Son varias las ocasiones en las que Kiko Rivera ha pedido a su madre que frenara la situación levantando el teléfono, pero por ahora ese momento no ha llegado.
A esto hay que añadir que hay informaciones que aseguran que Isabel Pantoja se encuentra aislada en Cantora, sin salir de la cama y medicada. De ahí que surja la gran duda de si estará presente en el último adiós a su consuegro o de si como mínimo levantará el teléfono para darle el pésame a su nuera.
