Según recoge Informalia, el bajísimo estado de ánimo de Ana Obregón preocupa a sus familiares, quienes no se separan de ella desde la muerte de su hijo Álex Lequio el pasado 13 de mayo. La actriz está destrozada y apenas sale de su casa de Madrid. En estos durísimos momentos, la ex de Alessandro Lequio se ha refugiado en la fe.
En una de sus escasas salidas, Ana acudió a una iglesia cercana a su domicilio junto a una de sus hermanas. Según cuenta Lecturas, la presentadora, de negro y protegida con mascarilla, pasó unos minutos en el templo, orando y acogiéndose a Dios en los peores días de su vida.
Pero además, la presencia de Ana en la iglesia podría estar relacionada con los preparativos de la misa funeral que tiene previsto realizar en honor a su hijo cuando todo se normalice y ella esté en condiciones de soportar el volver a revivir tantas emociones. Obregón baraja una ceremonia con una cantidad reducida de personas, siempre de acuerdo con lo que permitan las leyes sanitarias.
Una de las opciones que más convence a la actriz es una misa abierta que le permita recibir personalmente las condolencias de los amigos de su hijo, los suyos propios y los de Alessandro Lequio, que les han enviado cientos de mensajes a los que no ha tenido fuerzas de responder.
