Fran Rivera destapa 20 años después los motivos de la muerte de Carmina Ordóñez

Fran Rivera destapa 20 años después los motivos de la muerte de Carmina Ordóñez
La Divina predijo que no llegaría a cumplir los 50 años y así fue. El 23 de julio de 2004 fue encontrada sin vida a los 49 años

Según recoge Informalia23 de julio de 2004. La noticia de la repentina muerte de Carmina Ordóñez conmociona a España entera. La Divina, como se le apodaba cariñosamente, había sido encontrada muerta en la bañera de su casa a primera hora de la mañana por su asistenta. Tenía 49 años y dejaba atrás una hermana (que nunca superó su muerte), tres hijos, una nieta y una huella imborrable en el corazón de todos los que la conocían. El próximo martes se cumplen 20 años de la trágica muerte que marcó un capítulo negro en la crónica rosa y no rosa de todo un país.

Desde entonces, sus tres hijos han tratado de honrar su memoria, pese a que lo que más le hubiera gustado a Carmina es que se mantuvieran unidos y sin tiranteces de por vida, como no siempre ha sido. Sobre la muerte de su madre, Fran Rivera ha vuelto a hablar apenas unos días antes del triste aniversario: "No fue necesario divulgar el resultado. ¿Para qué?", dice el marido de Lourdes Montes a El Mundo sobre la autopsia de su madre que nunca se llegó a publicar.

El hermano de Cayetano Rivera nunca ha ocultado el motivo por el que murió su madre. Al contrario, siempre ha tratado de visibilizar el problema de las drogas y las adicciones para crear conciencia y que otras familias no pasen por estas situaciones: "No había nada raro que desvelar. Mi madre murió por culpa de la cocaína. La droga es un problema que tiene consecuencias terribles y mucho más si se unen, como en su caso, al consumo de somníferos. Fue una combinación letal".

Al respecto, añade: "Todos sabemos que cuando la droga entra en una casa se produce el desastre. Es una enfermedad espantosa que destroza a la familia, a los seres que quieres y produce enormes sufrimientos".

Así es como Fran recuerda la noche en la que su madre murió: "Estuvieron de fiesta y cuando se acabó cada uno se fue. Mi madre quiso tomar un baño pero la mezcla de una sustancia para subir y otra para bajar fue catastrófica. Era jugar a la ruleta rusa".

Fran Rivera tenía 25 años cuando perdió a su madre: "Aunque hagas un empeño bestial para ayudar a tu madre a salir de esa situación, hay veces en que no puede más", lamenta. En este sentido, el padre de Tana Rivera añade: "La gente adulta si no quiere realmente, no hay nada que hacer. Puedes ayudar si se dejan ayudar. Puedes poner todo de tu parte, pero lo primero es que esa persona tiene que aceptar que tiene un problema y que quiere salir de él. En España está prohibido internar obligatoriamente a alguien con este problema y llevarlo a una clínica de desintoxicación. Si quiere, puede salir por la puerta al día siguiente", denuncia.

El hermano de Cayetano Rivera y Julián Contreras no culpa a terceros de la muerte de su madre: "No culpo a las amistades de mi madre. La adoraban. La querían muchísimo, aunque se hacían daño mutuamente. Pero también se protegían cuando se necesitaban. Ellos siempre han estado ahí cuando hizo falta. También es cierto que cuando se juega al baloncesto te juntas con gente que juega a baloncesto, ya me entiendes, eso es así".

No obstante, Fran es claro y señala a las drogas como las únicas responsables de su declive: "Pero mi madre tenía amigos maravillosos que estuvieron con ella en todo, que han sufrido y que alguno sigue sufriendo. Yo hablo con ellos y les digo: 'Oye, que esto es muy malo'. Y quieren salir, pero no pueden dejarlo. Y ahí estamos apoyando lo que podemos. Pero no, no culpo a sus amistades, al revés, les agradezco que siguieran con ella en primera fila más años".

Sobre las especulaciones que a día de hoy todavía siguen aflorando sobre la muerte de la Divina, dice molesto: "Es vergonzoso que después de tantos años haya ese empeño en buscar algo que no existió. Se han dicho cosas absurdas y todo es mucho más simple. Hemos perdido a una madre excepcional, una mujer increíble a la que echamos mucho de menos. Pero no hay más historias. Y es bueno hablar de su problema para ayudar a otros y trasmitirles que el camino de la droga siempre es nefasto".

Carmina Ordoñez

Nacida en Madrid el 2 de mayo de 1955, fue la hija mayor del torero Antonio Ordóñez y Carmen Dominguín. Vivió, junto con su inseparable hermana Belén, una infancia de ensueño, entre Madrid y París, en avión (cuando no era nada habitual), y con una chispeante vida social que compartía con su amiga del alma, Lolita Flores.

Gran amante de Andalucía, se enamoró perdidamente del torero más guapo del momento, Paquirri. Se casaron el 16 de febrero de 1973 en la iglesia de San Francisco el Grande, cuando ella sólo tenía 17 años, ante más de 1500 invitados. Con él tuvo a sus dos primeros hijos, Fran y Cayetano. Se separaron en 1979 y su matrimonio, debido a su juventud, fue declarado nulo y ella rechazó cualquier ayuda económica del torero: "En mi casa me han enseñado que lo que se gana con los toros es para el que se pone delante de los cuernos". Además, fue en esta época cuando comenzó a popularizar su frase más característica: "A mí plin, soy Ordóñez Dominguín".

Años después, Carmina se enamoró de un romántico cantautor, Julián Contreras, y se casó por segunda vez en una ceremonia civil en Miami, el 30 de marzo de 1984, con un padrino de excepción: su hijo Fran. De esa unión nació su tercer y último hijo, Julián. En 1990, Carmen, su marido y el menor de sus hijos se trasladaron a vivir en Marrakech, cuya cultura era una de sus pasiones, junto con la Virgen de la Esperanza de Triana, Sevilla y el Rocío.

Tras separarse de Julián en 1994, Carmen regresó a España y conoció al que sería su marido más polémico, Ernesto Neyra. Se dieron el "sí, quiero" el 7 de noviembre de 1997, en un cortijo cerca de Sevilla. Su relación estuvo manchada por las drogas, los excesos e incluso denuncias por malos tratos. Ella se sinceró una vez separada: "Siempre lo he negado porque tengo tres hijos, mi padre vivía y, como mujer, me parecía indigno convivir con una persona que me agredía. Le aguanté porque le quería, pero el día que mi hijo Julián, con 12 años, se tiró a su espalda y le gritó '¡No mates a mi madre!' decidí que eso no podía ser".

Otro de los amores que dejó huella en el corazón de la Divina fue Pepe el Marismeño. Disfrutaron de una bonita relación durante un año pero, finalmente, la diferencia de edad entre ellos (ella era 15 años mayor que él) y las malas costumbres terminaron separándoles. Una vez recuperado de sus adicciones, el músico llegó a declarar: "Me he metido rayas de cocaína con Carmen".

A finales de los años 90 reconoció públicamente su adicción a los somníferos y otras sustancias nocivas pero, dispuesta a recuperarse y a ser una mujer nueva, entró en un centro de rehabilitación en el que permaneció varios meses. Su presencia como tertuliana en el programa A tu ladoCrónicas Marcianas y sus exclusivas portadas en revistas de crónica social contando sus intimidades no pasaban desapercibidas, algo que no gustaba nada a sus hijos, Fran, a quien acompañó al altar en su boda con Eugenia Martínez de Irujo, y Cayetano, a quien también amadrinó en su enlace con Blanca Romero.

A la temprana edad de 49 años y tras años luchando contra sus demonios, Carmen falleció en su vivienda madrileña, tras desmayarse en la bañera. Fue incinerada y sus cenizas esparcidas entre Tánger y las Marismas del Rocío por su expreso deseo: "Dejé de tenerle miedo a la muerte cuando me di cuenta de que hay más gente que me quiere allí que aquí".