¿Qué pasó en los últimos días de Mª Teresa? Sus hijas, nietos y Rociito retratados

En el fotomontaje en imágenes de archivo Carmen Borrego, Meli Camacho, Rocío Carrasco y Terelu Campos
La íntima amiga de Teresa Campos estuvo callada y no era por miedo, sino por respeto. Pero eso se acabó. De poco le van a valer a la hermana de Terelu sus amenazas por whatsapp. Que tiemble la cosa rosa.

Un artículo de Jesús Manuel Ruiz publicado en exclusiva en EsDiario

Aún no se ha contado todo. Meli Camacho ha mantenido mucho silencio. La gran amiga y confidente de la fallecida Teresa Campos ha querido ser respetuosa con su querida compañera y por extensión con sus hijas. Ha mantenido silencio. La primera entrevista concedida en 2023 a la revista Semana, Camacho realizó la semblanza más fidedigna de Edmundo Arrocet. 

Entonces no quiso adentrarse en la verdad de las dos herederas de la periodista nacida en Tetuán y criada en Málaga. En aquel momento fue respetuosa. Error. El tiempo ha demostrado que Carmen Borrego ha mostrado sus peores garras, las de la amenaza delictiva.

En los últimos días la íntima compañera de viaje de Teresa Campos ha vuelto a aparecer. Y quien la conoce de cerca asegura que está dispuesta a quitarle la máscara a las dos hijas de la presentadora principalmente a la hija menor, Carmen Borrego. Del último mensaje que le ha mandado la hermana de Terelu Campos a Meli es testigo ESdiario: "Espero que puedas demostrar todo lo que dices, si no me veré obligada a que nos veamos donde no me gustaria", escribe. Gustaría lleva tilde, dicho sea de paso. Otra apreciación a la nueva Lázaro Carreter del entretenimiento. Formación escasa. 

Borrego amenaza a Camacho. Y ahora Meli no tiene miedo. Nunca lo tuvo. Fue respeto. Ya no lo merece. Con ella y Gustavo se han portado de manera deleznable. Las dos personas que siempre han estado con Teresa Campos cuando sus niñas estaban en otros menesteres.

Camacho es portadora de lo que realmente pensaba Teresa Campos de sus hijas. Las dos. También sus tres nietos. Los días donde deambulaban por los alrededores de la casa y su familia no entraba en el domicilio para visitarla. Meli puede narrar cómo fueron sus últimos meses con llamadas de última hora para que acudieran al lecho de su amiga cuando algunas se encontraban el platós de televisión. Más allá del espectáculo del hospital. 

Es conocedora del sentimiento con el que se fue Teresa. Nadie como ella sabe lo que pensaba Campos de sus hijas. Y no es bonito. En el último cumpleaños en vida de la comunicadora, su hija Terelu estaba de celebración. La fiesta fue tan sólo seis días antes.

En aquel hogar de Molino de la Hoz (Madrid) pocos se acercaron para seguir el deterioro de Teresa Campos. El primer funeral fue todo un despropósito. Tan sólo protagonismo por parte de Carmen Borrego. Y la noticia saltó. A Meli la trataron como un ser inferior. Terelu es más de Nuria González y Carmen Borrego de las directoras de turno y su revista de cabecera. Es lo que interesa. O interesaba. Aquí hay pasta. No sentimiento. 

Así es la persona que lo ha vendido todo. Desde su operación de papada hasta la disputa con su hijo y el distanciamiento. Sálvame al lado de Carmen Borrego es gourmet del bueno en el desayuno, almuerzo, merienda y cena. Todo un despropósito.

Lo que pensaba Teresa Campos de Rocío Carrasco en los últimos tiempos

Meli Camacho fue el refugio de María Teresa en muchos momentos de su vida. Los buenos y los peores. No sólo en Madrid también cuando se desplazaban a Marbella a pasar sus vacaciones. Las dos parejas juntas. Teresa y su amor Edmundo Arrocet y Meli con su marido. Bigote hacía su vida y eso fue testigo Camacho. La gran confidente de la directora de Día a Día en Telecinco también es fidedigna testigo de lo que pensaba de Rocío Carrasco en sus últimos años. Ya no la consideraba su tercera hija.

En uno de sus últimos cumpleaños acude Rocío Carrasco porque la recoge Gustavo Guillermo en el coche de la casa. Fidel Albiac no puede asistir. Estaba con dolencias aquel día. Camacho se ha callado. Hasta ahora. A Carmen ya no le valen las amenazas que manda para que se callen. Esto ya no es la época de su divorcio de su marido y custodia de sus hijos con ministros en mesas de política de mamá. Otros tiempos. Aún viven de aquellos menesteres.