La llamada íntegra de Ángela Dobrowolski al 112 la noche que intentó acabar con la vida de Mainat

El Confidencial ha tenido acceso a la llamada que Dobrowolski realizó al Servicio de Emergencias la noche en la que, según el fiscal, trató de matar a su marido
El juez mantiene en libertad a la mujer de Josep María Mainat y le impone una orden de alejamiento
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Según informa en exclusiva Nacho Abad El Confidencial ha tenido acceso en primicia al contenido de la llamada telefónica que Ángela Dobrowolski realizó al Servicio de Emergencias Médicas, la noche en la que el fiscal sostiene que trató de matar a su marido, Josep María Mainat. La comunicación deja al descubierto algunos errores en las conclusiones de los investigadores que quizá se precipitaron, lo que puede restar músculo y fuerza a la acusación de tentativa de homicidio. La llamada, que es larga y de la que hemos extractado el contenido más importante, comienza a las 3.12 de la madrugada:

Ángela: Necesito una ambulancia ahora porque mi marido está teniendo una especie de ataque que no ha tenido nunca antes.

Operador: ¿De qué?, ¿le cuesta respirar o qué le pasa?

A: Él es diabético y tiene síncopes. Hoy parecía que tenía hipo, pero no lo tenía y la glucemia estaba bien. Ahora, después, se ha puesto a roncar muy fuerte y me ha despertado con un ronquido anormal y ahora lo he visto, lo he visto con los ojos abiertos, eh, con un poco de espuma en la boca y está, está con un espasmo en todo el cuerpo.

O: ¿Despierto?

A: No, le hablo, pero no responde.

O: A ver, pellízcale fuerte y dime si se mueve.

A: Él se mueve, pero le pellizco y no responde.

O: La ambulancia está en camino, pero estaré contigo, ¿vale? A ver, ponme el teléfono en su boca. ¿Le cuesta respirar?

A: Sí, sí.

O: ¿Tiene alguna enfermedad importante?

A: Es diabético, tiene síncopes, tiene…

O: ¿Le has leído el azúcar?

A: Ahora está a 47, estaba dos veces, he medido y entonces hemos ido a dormir…

O: ¿A cuánto está ahora?

A: Se ha tomado dos refrescos y unas cuantas ciruelas y ahora está a 47, pero hace una cosa que nunca ha hecho antes de este ataque.

O: Está a 47, ¿cuándo lo ha medido?

A: Ahora justo antes de llamar, ya antes habíamos medido y estaba bien, estaba bien entonces.

O: Pero a ver, si estaba tan bajito tenías que haber llamado antes. Mídele el azúcar.

A: Dos veces estaba bien, 110 y 120. Y ahora le he medido con el ataque y está a 47 y he llamado inmediatamente.

O: Vale. La ambulancia está cerca. ¿Tienes una inyección en el frigorífico que se llama Glucagen?

A: No, tengo esas cosas de los deportistas, unos sobres de azúcar, he intentado ponerle un poco en la boca, pero es que esto no me lo ha hecho antes nunca.

O: Me refiero a una inyección que se pone cuando tienes el azúcar bajo.

A: No tenemos inyecciones.

O: Vale, ¿tiene ojos abiertos o cerrados?

A: Abiertos.

O: ¿Y cómo tiene las pupilas?

A: Las dos dilatadas... Va, cariño.

O: ¿Respira?

A: Respira muy flojito, le cuesta, está como en un estado…

O: ¿La caja torácica se mueve?

A: Sí, pero la respiración es abdominal.

O: Vale, pero lo hace.

A: Sí.

O: ¿Le podría medir el azúcar ahora?

A: Vale. Un momento, dónde está esto para pinchar, sí, aquí, a ver… Ahora 52. Le he puesto un poco de esos sobres que tenemos en la boca y ya no tenemos más.

O: ¿La medición baja desde cuándo la tiene?

A: No me acuerdo. Tengo que mirar como va a atrás esto, a ver un momento que he de tirar atrás con las mediciones.

O: ¿Antes de ir a dormir estaba bajo? ¿Cuándo se tomó la Coca-Cola?

A: A ver, él, cuando nos fuimos a dormir, dijo que tenía que dormir, que se sentía muy mal, ¿vale? Pero se durmió normal y luego despertó y, como estaba mareadito, le tomé el azúcar y estaba bien, estaba a 110.

O: Vale, estamos aparcando. Ahora mismo le tocan al timbre.

A: Vale, me pongo el pantalón.

O: Sí, póngase, póngase.

Del contenido de la llamada se pueden sacar tres conclusiones básicas:

Primera: los investigadores se equivocaron cuando en un primer informe que enviaron al juzgado aseguraron sin dejar lugar a la duda que Ángela no sabía que el glucómetro guardaba el historial de pinchazos. La comunicación con el SEM demuestra no solo que lo sabía, sino que trató de buscar los datos de las mediciones para comunicárselas al operador.

Segunda: los datos horarios del glucómetro sobre los que se construye la acusación no son fiables y todo apunta a que no tenía la hora correcta. El aparato no ha sido aportado a la causa como pieza de convicción y los técnicos de los Mossos no le han realizado ningún examen para comprobar esta posibilidad. Los investigadores solo cuentan con las fotografías de las mediciones que Josep María Mainat hizo y envió. Según estas instantáneas, el productor de televisión tiene 52 de glucosa en sangre a las 2.51 de la madrugada. Sin embargo, la llamada de Ángela al SEM publicada en esta misma crónica comienza a las 3.12 y demuestra que la medición de 52 en sangre se produjo varios minutos después del inicio de la llamada, es decir, a las 3.14 o 3.15.

Conclusión: hay un desfase (retraso) horario de más de unos 23 minutos entre lo que marca el glucómetro y la hora real. De ser así, la conclusión establecida por los responsables de las pesquisas en la que se afirma que Ángela provocó la hipoglucemia pinchándole insulina y que luego esperó más de 20 minutos para llamar al 112 se cae. Es rigurosamente incorrecta. Desde que Ángela detectó la hipoglucemia hasta que llamó a los Servicios de Emergencia apenas transcurrieron unos minutos.

Tercera: Los investigadores sostienen que, después de medir la glucosa en sangre y de obtener el resultado de 52, que es una cifra muy baja y peligrosa para la salud de Mainat, Ángela se va a dormir y lo deja para que se muera. No es hasta las 3.12 que se levanta y llama a urgencias. La afirmación resulta ahora grotesca al leer la trascripción de la llamada al SEM. Ángela no solo no se fue a dormir, sino que estaba dando todo tipo de información a los médicos y acudió a abrir la puerta en cuanto llegó la ambulancia.

Parece que la acusación de asesinato en grado de tentativa se diluye. El propio Josep María Mainat, productor televisivo de enorme prestigio, declaró ante el juez que no tiene claro qué ocurrió aquella madrugada porque estaba muy atontado, rebajando considerablemente la acusación inicial de tentativa de asesinato que él mismo hizo. De hecho, no llegó a pedir prisión provisional para su todavía esposa. Ángela, por su parte, sigue defendiendo su inocencia y se ha creado una cuenta en Twitter: @AngelaDobrowol1.

En su perfil se puede leer: "Casi soltera, madre huérfana, mujer, joven y pobre, estudiante de medicina… Decido comunicarme. Estreno esta vía para hablar con mi propia voz y defender mi honor, a mi familia y mi inocencia: no me resignaré, no me dejo intimidar y nunca cederé ante la injusticia y el abuso".

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