Según informa Raúl Rodríguez en JALEOS, Gema López (47 años) se ha convertido en la última víctima colateral del huracán Pantoja (62). Tres intervenciones telefónicas en tan solo diez días han sido -más que- suficientes para que la tonadillera haya repartido migas envenenadas a quienes las hayan querido recoger. Las últimas, el pasado lunes durante la emisión del programa Sálvame Naranja. En un momento de la tarde, Kiko Hernández (41) llamó, sin esperanza, a Isabel Pantoja, que sin aguantar más de dos tonos descolgaba el teléfono para sorpresa de todos.
En un momento de la conversación, Pantoja se refirió a Gema López, recordándole una anécdota caduca que tuvo lugar cuando nació la hija de la periodista. Según la cantante, a través de lo que le contó Chelo-García Cortés (66), la hija de Gema había nacido "muy Pantoja" por su fuerte pelo oscuro. Desacertada en este comentario, Isabel continuó su retahíla ignorando que sobre quien 'cantaba' era, es y sigue siendo una niña menor de edad.
Desde que la tonadillera disparase contra Gema, la actitud de la colaboradora cambiaba por completo. Lejos de mostrarse en su línea, arrojada, atrevida y valiente, el órdago de la artista la dejaba menuda y fuera de juego. Pese a aceptar las relegadas disculpas de Isabel emitidas a través de su sobrina, Gema espetaba, aún así, que "Isabel Pantoja sigue teniendo 'gatitos' en la barriga", expresión que alude a rencores guardados y listos para ser lanzados en cuanto se cruce la ocasión. Es decir, una persona que tiene mala intención.
Observando con distancia la incómoda situación en la que Pantoja puso a la comunicadora, este periódico ha encontrado oportuno llamarla para conocer cómo se encuentra y cómo vivió aquel golpe bajo en directo. "No voy a entrar. No tengo nada que decir", es su respuesta inmediata. Ante la insistencia de este digital, la compañera responde "que cada uno juegue en la liga que quiere jugar. Hoy habrá programa y se seguirá hablando". Ni una palabra más.
En líneas generales, Gema ha permanecido impertérrita ante quienes la han tentado con hablar sobre determinados aspectos de su vida personal, como por ejemplo, su divorcio. Su posición férrea para no cruzar la delgada línea que divide el ser profesional del medio de convertirse en personaje para ella es inquebrantable.
En su avezada función profesional, Gema ha sido y es de las que periodistas que 'levanta' el teléfono sin titubeos en busca de la noticia, en pos del cotejo y al filo de la información. Gema vive agazapada voluntariamente en el sector de los trabajadores del periodismo, ámbito del que no tiene intención de salir, pese a las provocaciones de quienes pasan por su plató, incluso vía telefónica.
Fuente: JALEOS
