Enrique Ponce engañó a Paloma Cuevas desde 2017, cuando Ana Soria tenía 18 años

La peor cara de Enrique Ponce, "el buen padre y esposo", al descubierto
En una imagen de archivo a la izquierda Paloma Cuevas, a la derecha Enrique Ponce junto a su pareja Ana Soria este martes en 'El Hormiguero' de Antena 3
photo_camera En una imagen de archivo a la izquierda Paloma Cuevas, a la derecha Enrique Ponce junto a su pareja Ana Soria este martes en 'El Hormiguero' de Antena 3

Según recoge InformaliaPablo Motos este martes fue más bien Pablo Ciclomotores, o Pablo Bicis, por las preguntas que se tragó el manso cabestro de El Hormiguero con tal de conducir hasta su plaza a Enrique Ponce y Ana Soria. La mera presencia en televisión del torero retirado y su novia estudiante otorgó al programa una buena audiencia (17.4%) aunque para contar con ellos en el plató es evidente que el jefe de Trancas y Barrancas tuvo que jugar el papelón que jugó tras pactar silencios clamorosos.

Pero hay silencios que insultan y frases que delatan. Ponce dijo que el día que empezó a coquetear con Ana, aquel en el que se cruzaron las miradas y prendió en ellos el amor, fue en una corrida en Almería en la que él se motivó mucho: "Ese día corté cuatro orejas", dijo el maestro en el plató de Antena 3. Salvo que mintiera, la última vez que Enrique Ponce cortó cuatro orejas en Almería fue el 24 de agosto de 2017. Ana Soria tenía 18 años recién cumplidos y él aún presumiría de ser un fiel marido ejemplar casi tres años más.

Aquella apoteósica tarde de agosto de 2017, efectivamente, el de Chiva cortó cuatro orejas, hubo tres cuartos de entrada, y se lidiaron toros de Juan Pedro Domecq, Parladé y El Torreón. Enrique Ponce se llevó, como él recordaba este martes, dos orejas en el primero, y otras dos orejas, con petición de rabo tras aviso, en el segundo.

Pablo Motos no quiso este martes repreguntar y fijar la fecha de marras pero las hemerotecas hablan. Es decir, de acuerdo con el propio Enrique Ponce, lo suyo con Ana Soria comenzó en agosto de 2017. Por lo que el torero estuvo años engañando a Paloma Cuevas con otra que apenas acababa de salir de la adolescencia.

El torero y Ana Soria en Aspen, en enero de 2020.

Vergüenza ajena

Aunque esto se disimuló (casi tres años engañando a Paloma Cuevas), las Redes Sociales sentenciaron este martes a Enrique Ponce y Ana Soria. "Vergüenza ajena" fue el efecto que causaron el torero y su novia entre muchos espectadores si recogemos una buena parte de las opiniones de quienes tuitearon mientras veían la entrevista de El Hormiguero.

Durante la insólita intervención televisada en directo el diestro cincuentón y la rubia veinteañera se presentaron como víctimas del fenómeno mediático que ellos mismos alimentaron hasta el empalago hace tres veranos con la incesante publicación de imágenes de ellos mismos comiéndose a besos y en actitud amorosa, ya fuera en un cocodrilo hinchable, en una playa o en un barco. Ana Soria contó cómo se enamoró de Ponce estando ella en la plaza y él en plena faena pero no fijó la fecha de su flechazo: "Cuando me miró te prometo que el mundo se me paró ahí. Tuve una sensación que nunca había tenido", dijo la estudiante sin explicar cuándo ocurrió ese embrujo.

Ahora sabemos gracias a la confesión de Ponce y de sus cuatro orejas en Almería que fue en agosto de 2017. Casi tres años después, el 27 de mayo de 2020, fecha de su aniversario de bodas, Paloma Cuevas todavía subía a su cuenta de Instagram una foto junto a su marido de luna de miel. "23 añitos, de luna de miel en Bora Bora y nos creíamos mayores", reza la nota que aún sigue colgada. Porque Paloma Cuevas ahora está feliz y enamorada de Luis Miguel, pero no reniega de su pasado. Tal vez, tanta felicidad de El Sol de México y la ex de Ponce haya sido lo que ha animado al torero y su novia a la exhibición de este martes.

Los exóticos invitados de Pablo Motos despreciaron en la entrevista el hecho de que su romance lo iniciaran mucho antes de que saliera a la luz, cuando el diestro estaba casado con Paloma Cuevas y su mujer ignoraba la relación extramatrimonial del padre de sus hijas. El presentador preguntó cómo y cuándo se habían conocido pero ninguno puso fecha y tanto Motos como Ana Soria o su novio olvidaron un detalle relevante: él no le había dicho nada a su mujer cuando le hacía ojitos a Ana Soria desde el albero de la plaza de Almería ya en 2017 y la estudiante sabía que estaba casado cuando accedió a una cena íntima después de contactar y coquetear a través de las redes sociales y por teléfono. Pasaron años en la clandestinidad como dos amantes furtivos mientras Ponce regresaba a casa, iba a actos con su mujer, confesaba lo mucho que amaba a su Paloma y lo feliz que era. Eso no es ningún delito pero de ahí a salir al escenario como víctimas...

Ana Soria y Enrique Ponce también pasaron por México. El beso prueba que ya entonces mantenía una situación sentimental.

Le faltaron el coraje y la honestidad para comunicarle a Paloma Cuevas que se había enamorado de otra

Es cierto que el amor, como dicen Ana Soria y Enrique Ponce, no tiene edad ni entiende de papeles. Pero según todas y cada una de las fuentes consultadas, al valiente matador de toros le faltaron el coraje y la honestidad para comunicarle a Paloma Cuevas que se había enamorado de otra, que había estado de viaje con ella por Estados Unidos y México y que lo suyo había terminado después de casi un cuarto de siglo juntos y dos hijas en común.

Al contrario: Enrique Ponce no encontró valor para coger el toro por los cuernos y decirle la verdad a su mujer. El torero estuvo con Paloma, con sus suegros y con sus hijas mucho después de aquella corrida de agosto de 2017 en la que se hizo ojitos con la dieciochoañera. Ejerció de marido, de padre y de yerno durante el encierro, invierno, primavera y principios del verano de 2020. Pero en enero de 2020, ya locamente enamorado de su amante, se había llevado con él a la joven almeriense a hacer las Américas, como lo prueban diversos testimonios gráficos.

Enrique Ponce sí halló este martes valor para decir ante toda España que "Ana ha sabido soportar muy bien las injurias y calumnias de alguna gente, que sin conocerla la ha juzgado". Pero si alguien demostró este martes tener los arrojos bien puestos fue la futura abogada: "Yo he aguantado mucho", dijo Soria en una elipsis cruel y evidente que nos hizo recordar a Paloma Cuevas.

"Soy una chica normal, con sentimientos", acertó a decir Ana Soria, como si hubiera mujeres sin sentimientos. "Llevamos tres años aguantando cosas que no son justas, que duelen porque somos personas con corazón y sentimientos", dijo esta señora sin que le temblaran la cara ni la mirada y sin perder la sonrisa, despreciando de nuevo a una Paloma Cuevas (que no estaba ni pronunciada) ante la atónita mirada de Pablo Motos y la baba caída del hombre que primero engañó a su mujer y después, mucho después, la abandonó para disfrutar de su nueva conquista, tras comunicarla lo que pasaba cuando ya había saltado a la prensa.

Jeta imponente

Hay que tener una jeta imponente, como la que demostró Enrique Ponce, para ponerle los cuernos a su mujer en todo lo alto, engañarla durante años sin decirle que se había enamorado, conviviendo con ella como un matrimonio, y plantarse en un programa de televisión para decir esto: "Ha habido momentos duros y difíciles de pasarlo mal, sobre todo por eso que veías muchas veces esa injusticia, y las injusticias duelen", espetó el torero valenciano a su paisano en lo que podríamos definir como su faena más patética. "Nos hemos mantenido siempre en silencio", dijo este martes el diestro que en su día llamó por teléfono a Sálvame o que exhibió en sus cuentas en las redes sociales sus morreos y retoces con la veinteañera por la que perdió la cabeza y que excusa no haber sacado adelante sus estudios "por la intensidad mediática", además de revelar que tuvo que ir a terapia tras ser de repente el centro de todas las miradas y objeto de deseo de las revistas para ponerla en sus portadas. ¿Se habrá preguntado esta joven si Paloma Cuevas tuvo que ir a terapia o si lo hicieron la hijas de su amante al verla a ella exhibiendo en Redes Sociales sus morreos?

Tampoco contó la bella Ana que ella misma avisó a los fotógrafos o directamente difundió hasta la saciedad escenas junto a su amante, que en aquellos primeros momentos permanecía casado.

El papelón de Pablo Motos fue tremendo, tragándose preguntas irrenunciables suponemos que a cambio del pelotazo de audiencia que le reportó la mera presencia de la guapa almeriense y el dicharachero torero que este martes se arrimó poco a la verdad. Lástima que Motos no le preguntara a la cara si engañó a Paloma Cuevas y durante cuánto tiempo ocultó su romance, o si le dijo la verdad desde el principio. Lástima que no le preguntara si la auténtica víctima fue la que se quedó en casa cuidando de sus hijas y de sus padres, delicados de salud, cuando él se fue, en enero de 2020, a Aspen y a México a hacerle verónicas a una joven de 20 años a la que llevaba dos cortejando.

Ahora Paloma es feliz con Luis Miguel. Amigos muy cercanos a la cordobesa nos confirman que ella está en un momento de plena felicidad, que las andanzas de Enrique y Ana no le importan lo más mínimo, que el dolor de la traición quedó atrás y sólo le puede preocupar el malestar que la entrevista de blanqueamiento de la almeriense cause en algunas personitas de su familia.

Comentarios