Durísima crítica a Zarzuela que afecta gravemente a Sofía: lío grande a la vista

En la imagen la reina Letizia, la infanta Sofía, la princesa Leonor y el rey Felipe
El robado de las imágenes de la hija menor de los Reyes ha provocado una insólita reacción de Zarzuela. Lo que en principio era un ejercicio de transparencia, finalmente parece que no se ha encajado nada bien.

Según recoge EsDiario, la Casa del Rey decidió esta semana poner en circulación un puñado de imágenes de la Infanta Sofía estrenándose como universitaria en Lisboa. Podría parecer un gesto sencillo, casi doméstico: la hija menor de los Reyes paseando por la capital portuguesa rodeada de compañeros. Pero en Zarzuela nada es nunca tan inocente. Cada fotografía se mide, se cocina y se sirve con precisión de bisturí. Y, aun así, esta vez la receta ha levantado más críticas de las esperadas.

Como conocen de sobra los lectores de ESdiario, Sofía ha iniciado estudios en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en el Forward College, un programa con paradas sucesivas en París y Berlín que, sobre el papel, huele a cosmopolitismo y a modernidad europea. El plan académico está blindado; lo que no lo está tanto es el envoltorio mediático que lo rodea. Porque lo que debía ser un retrato fresco de una joven que empieza su vida universitaria ha terminado en un nuevo examen a la maquinaria de comunicación de la Corona.

El estilo de las fotos, cercano y espontáneo, rompe con el corsé institucional al que nos tienen acostumbrados. Sin embargo,tal y como recoge el portal especializado Monarquía Confidencial, en Palacio algunos susurran lo mismo: llegan tarde. Otros herederos europeos llevan tiempo marcando territorio en la escena global, consolidando perfiles internacionales con movimientos más calculados y efectivos. En comparación, la puesta en escena de Sofía parece improvisada, como si la Casa Real hubiera llegado a la fiesta cuando ya estaban apagando la música, tal y como también confirman a ESdiario fuentes próximas a Zarzuela.

Y la cosa no queda ahí. Hay quien sostiene que las imágenes ni siquiera han salido del equipo de Zarzuela, sino del móvil de una compañera de Sofía. Si eso fuera cierto, el intento de estrategia se convierte en mera anécdota: una operación que debía proyectar modernidad y naturalidad, reducida a un "tarde y mal".

Todo esto ocurre, además, en un momento especialmente delicado. La Reina Letizia ha impulsado un cambio profundo en el área de comunicación de la Casa Real, con la incorporación de Rosa Lertxundi, que acaba de aterrizar en un ecosistema donde cada error pesa como una losa. Que las primeras críticas se disparen justo ahora no es una anécdota: es un problema serio, porque socava el relato que Letizia quiere construir en torno a la institución, más aún en un año en el que las miradas sobre la monarquía se multiplican y la paciencia pública se acorta.

La Infanta Sofía ha empezado su camino en Lisboa. Lo que queda en el aire es si la Casa Real sabrá recorrer el suyo en el terreno de la comunicación, donde los tropiezos se amplifican y el margen de error es cada vez más estrecho.