Según recoge Diario Gol, con permiso de la crisis del coronavirus, hay otra noticia que ha removido los cimientos de España estos días. Hablamos del retiro de la asignación por parte del Rey Felipe VI a su padre, el emérito Juan Carlos I, y de la renuncia del Jefe de Estado a la herencia de su padre, después de que saliera a la luz el escándalo relacionado con los 100 millones de euros que cobró en comisiones de Arabia Saudí y que repartió entre una cuenta corriente en Suiza y dos de sus ex amantes, Corinna y Marta Gayá.
Una decisión que muchos han elogiado, considerando que se trata de un acto valiente y que eleva la figura del Rey de España Felipe VI a la máxima expresión, y que habría dejado claro que el monarca opina que lo primero es el pueblo.
Plan oculto
Pero muchos aseguran que este paso no es casualidad. Y que todo responde a un plan para lavar la imagen de la corona. Una forma de querer hacer creer que la ley es igual para todos y de reforzar esa sensación de transparencia que quiere transmitir la Casa Real. Pero nada más.
Además, subrayan que la renuncia de Felipe es “banal” y “estúpida”, pues hasta que no falte Juan Carlos no puede renunciar verdaderamente a esa herencia. Además, no hay que olvidar la legítima, que terminará otorgando la herencia al monarca.
La infanta Cristina, asustada
Pero al margen de todo ello, se comenta que la Reina Letizia también habría tenido que ver en esta decisión. Circulan rumores de que la ex de Televisión Española habría sido la que más ha presionado para que Felipe tomara determinaciones con su padre. Y que habría ejercido la misma presión que cuando se apartó de la Casa Real a la infanta Cristina, después de que Iñaki Urdangarín fue acusado por su implicación en el caso Nóos y de que la infanta lo apoyara.
Una Cristina que vuelve a sentir la amenaza de Letizia con el escándalo destapado de su padre. Y es que teme que Letizia meta mano para que Felipela obligue a ella y a su hermana Elena a renunciar también a la herencia de Juan Carlos.
