María Palacios rompe su silencio para defender a su marido y lo que apunta es serio

En la imagen de archivo María Palacios junto a su marido Alessandro Lequio
Ana Obregón está "indignada" tras las "falsas" acusaciones de Antonia Dell'Atte contra Lequio, según María Palacios

Según recoge InformaliaMaría Palacios y Alessandro Lequio atraviesan uno de los periodos más convulsos que recuerdan 26 años después de unir sus vidas, tras las acusaciones de Antonia Dell'Atte contra quien fue su marido y es padre de su hijo Clemente.

Nueve años han pasado desde el nacimiento de Ginevra, la hija de Lequio y María Palacios, más de dos décadas desde que decidieron construir una familia. María Palacios, habitualmente discreta y reacia a pronunciarse sobre conflictos públicos, ha decidido esta vez romper su silencio. Lo hace, asegura en Hola, porque la situación ha superado cualquier límite tolerable para ella y porque considera imprescindible defender su vida familiar "desde el honor y el amor".

Responsable de Negocio Internacional de la revista Hola, Palacios está habituada a gestionar crisis comunicativas ajenas, pero pocas veces ha querido explicar la suya. Subraya que su testimonio nace del compromiso personal y no responde a ningún interés económico. "Ni me siento víctima ni cómplice", afirma. "Quien me conoce sabe que no hablo por impulso, pero hay momentos en los que callar ya no es una opción".

El detonante de este posicionamiento fue la entrevista de Antonia Dell'Atte en El País, publicada el pasado 12 de octubre, donde la italiana volvía a hablar de presuntos episodios de malos tratos durante su matrimonio con Alessandro Lequio, celebrado entre 1987 y 1991. Las declaraciones reabrieron un debate que ha perseguido al italiano durante años y que, según Palacios, ha tenido consecuencias especialmente graves en esta ocasión, incluida la rescisión del contrato de su marido por parte de Mediaset.

El origen de este conflicto nos lleva a retroceder a 1991. Entonces, Dell'Atte presentó un justificante de denuncia en Madrid por "abandono familiar y malos tratos físicos y psíquicos", según figura en el documento que ella misma ha mostrado públicamente. No obstante, un informe de la Policía Científica emitido en 2005, dentro de un procedimiento del Juzgado de Instrucción número 35 de Madrid, concluyó que dicho justificante presentaba "manipulaciones" mediante líquido corrector, de acuerdo con el relato de María Palacios.

Según el dictamen esgrimido por la actual mujer de Lequio, la expresión "los efectos siguientes" habría sido sustituida por "malos tratos físicos". Esa valoración técnica es uno de los pilares sobre los que Palacios basa su defensa. Con cautela y tono respetuoso, pero con firmeza, sostiene que las acusaciones vertidas contra Lequio son "rotundamente falsas".

En este contexto, Palacios lanza una pregunta que considera esencial: "¿Alguna vez Alessandro ha sido juzgado o condenado por malos tratos?". Y responde ella misma: "Nunca. Ni siquiera ha sido procesado. No existe sentencia alguna que lo vincule legalmente con esos hechos". Sobre la demanda que Lequio interpuso contra Dell'Atte en 2003, explica que el procedimiento fue archivado sin llegar a juicio, pero subraya que ese archivo no supone que la justicia autorizara a Dell'Atte a referirse a él como maltratador.

Interpelada sobre las razones que la han llevado ahora a hablar públicamente, Palacios explica que su silencio no era ausencia de opinión, sino una elección. "No toda palabra merece respuesta, pero eso no significa que yo no tenga voz. Hoy toca utilizarla, no para gritar, sino para contar la verdad que vivo desde hace 26 años". Asegura que su testimonio es relevante porque ha convivido con Lequio durante casi tres décadas sin haber apreciado nunca actitudes violentas. "Si solo vale la palabra de una mujer por ser mujer, también debería valer la mía",

La situación se ha hecho especialmente difícil desde que se conoció el despido de Lequio de Mediaset, una decisión que Palacios califica de "totalmente inesperada". Según su relato, la familia la ha vivido con preocupación e impotencia, hasta el punto de que su hija, Ginevra, les preguntó recientemente qué significaba la palabra "maltratador". Para Palacios, ese impacto en la menor es una de las consecuencias más dolorosas de la controversia.

Palacios sostiene que las acusaciones de Dell'Atte no encajan con otros episodios del pasado. Recuerda, por ejemplo, que entre 1991 y 2001 la italiana nunca insinuó públicamente esos presuntos malos tratos, y que posteriormente mantuvo con Lequio e incluso con Ana Obregón relaciones cordiales. Cita como ejemplo una entrevista de 2016 en Hola donde Dell'Atte afirmaba: "Ahora nos respetamos y somos amigos". También menciona encuentros compartidos, comidas en común y felicitaciones navideñas. A su juicio, ese trato dista mucho del que cabría esperar entre una víctima y su supuesto agresor.

En este escenario, el papel de Ana Obregón ha adquirido especial relevancia. Según Palacios, la actriz y presentadora —madre de Aless Lequio, fallecido en 2020— está "indignada" ante las afirmaciones de Dell'Atte, que en esta ocasión la ha señalado también a ella como presunta encubridora. Palacios recuerda que en 2015 llegaron a compartir los cuatro una comida en Turín "con absoluta normalidad", lo que refuerza, en su opinión, la falta de coherencia de las nuevas acusaciones.

Sobre cómo se encuentra Lequio, Palacios asegura que ha recibido "el cariño inmenso" de sus compañeros de televisión, pero reconoce que el daño emocional ha sido considerable, especialmente tras la muerte de su hijo. De su situación económica prefiere no hablar: "En mi casa me enseñaron que del dinero no se habla públicamente".

Para Palacios, la cuestión de fondo trasciende lo profesional. "Vivimos en un Estado de derecho y las sentencias las firma un juez, no una expareja dolida", afirma. Y sostiene con la convicción que ha guiado su decisión de hablar: "La verdad no depende de quién grita más fuerte, sino de quien vive lo que dice. Y yo lo vivo cada día desde hace 26 años".