Según recoge Diario Gol, no es ningún secreto que el rey emérito Juan Carlos I no pasa precisamente por su mejor momento. Como bien saben los que le conocen, de un tiempo hacia aquí su salud de ha resentido mucho y los años se le han echado encima.
Por otro lado, no es que la convivencia familiar sea la mejor. Cuentan que, al margen de su hija Elena, las relaciones con el resto de la familia no pasan por el mejor momento. Con Letizia hace ya mucho tiempo que decidieron distanciarse viendo que el feeling no era precisamente el adecuado. Lo mismo ocurre con su mujer, la reina Sofía.
De hecho, no ha sido otra que Pilar Eyre la que, en su columna de Lecturas, ha dejado claro que ya Juan Carlos y Sofía prefieren ni verse: “La relación se fue deteriorando hasta el punto de que decidieron ampliar el palacio y vivir en alas separadas, con entradas distintas, con lo que pueden estar meses sin verse”.
Sin embargo, lo que preocupa y mucho a los amigos de Juan Carlos es su estado emocional. Y es que parece ser que el rey emérito está pasando por una fase en la que la depresión suele ser una constante.
Eyre, que conoce muy bien los entresijos de la familia real, no ha dudado en poner el tema encima de la mesa: “Los visitantes de su hijo no saben muy bien cómo dirigirse en él, al encontrárselo por los pasillos. Esto le resultaba muy humillante e influía en su estado de ánimo, que tiende en la depresión, como han contado algunos amigos", apunta la periodista.
Seguramente por ello, viendo que La Zarzuela no es más que un punto de negatividad para él y de soledad, Juan Carlos ha decidido mudarse a Sanxenxo, Galicia, donde sí que cuenta con el apoyo de sus amigos y donde disfruta largo y tendido de su compañía en el Club Náutico.
