Según recoge Informalia, Isabel Pantoja, Kiko Rivera, Isa Pantoja, Irene Rosales y los personajes secundarios que surgen del cotilleo genealógico de la saga venden angustiados al mejor postor sus vidas y milagros: platós de televisión y portadas de revistas acogen previo pago sus broncas, insultos, infidelidades, depresiones y demás miserias. El clan de bufones actúa, coordinadamente o no, como una troupe circense cuyo número consiste en matarse unos con otros, una factoría de exclusivas. Es uno de los pocos recursos que les quedan para obtener ingresos. Isa Pantoja se encierra en La Casa Fuerte, anuncia boda o lo que haga falta; Irene Rosales colabora en programas, Kiko Rivera, parado forzoso como Dj, se confiesa drogadicto en Sálvame e insulta a la madre que le parió en Lecturas...
En el caso de la tonadillera, además, interviene en Idol Kids, de Mediaset, pero la situación de pandemia le impide realizar giras que le reportarían suculentos ingresos, los que necesita para pagar una deuda con Hacienda en torno a los 4 millones de euros.
Perderlo todo
El fisco podría quedarse con todas las propiedades de Isabel Pantoja si no paga y el reloj corre: en 2021 puede llegarle la bomba en forma de sanción. Se ha llegado a decir que la demoledora entrevista de su hijo, la respuesta de ella (que está por venir) y demás exclusivas, son todo un teatrillo para calentar la cotización de los personajes pero parece que la tristeza de Isabel Pantoja en verdadera.
En todo caso, el monumental disgusto que asola estos días a Isabel Pantoja, por el ataque de su hijo Kiko Rivera en la entrevista concedida a Mila Ximénez, no es el único frente que tiene abierto la tonadillera. El futuro profesional de la sevillana de 64 años y sus finanzas también son una amenaza que se hará realidad en 2021.
Independientemente del daño que le han hecho a la cantante las acusaciones y sospechas Kiko, en las que afirma que su madre le ha engañado, y que se quedó con la mitad de la finca favorita de Paquirri con malas artes, Isabel no debería al menos preocuparse por las intenciones de su hijo de vender Cantora, la finca gaditana donde vive junto a su madre doña Ana y su hermano Agustín.
En eso son unánimes los abogados, asesores y albaceas que participaron en el reparto del legado material del diestro, entre 1984, fecha de la muerte del torero, y 1987 cuando se firmó por fin el acuerdo entre los herederos.
Todo se hizo correcta y limpiamente. Paquirri dejó cuatro fincas, sin especificar cuáles serían para qué herederos. Una de ellas, El Garlochí tuvo que venderse para pagar los impuestos y cuando Isabel Pantoja negoció cambiar su derecho de usufructuaria de Cantora, por ser propietaria del 52,6 por ciento y su hijo, del 47,4, no hubo nadie en contra. Kiko tenía tres años.
A partir de entonces, ella pagó la hipoteca que había contraído su marido sobre la propiedad. Pagó los gastos de mantenimiento. Y no había ningún beneficio importante. La finca no tiene cultivos ni pastos. Cuando Pantoja estaba con Julián Muñoz se alquilaron unos terrenos cercanos para guardar reses y el negocio acabó en un desastre y con deudas.
Difícilmente encontrará Kiko Rivera un comprador para su 47 por ciento. La finca está tasada en 4.728.000 euros pero solo un nostálgico del mito de Paquirri podría interesarse por el campo donde disfrutaba el matador corneado fatalmente por Avispero en la plaza de Pozoblanco con solo 35 años. Y nadie sensato querría ser dueño solo de la mitad de una propiedad que está ocupada y solo produce gastos.
Kiko Rivera debería tener también en cuenta que si su madre faltara, Isa Pantoja es también heredera de esa parte que está a nombre de la tonadillera y que a la hora de vender y ponerse de acuerdo con su hermana, deberán descontarse todos los gastos que ha hecho su la cantante en estos 33 años.
Agustín Pantoja "es un estorbo"
El año 2021 será crucial para Isabel Pantoja. La promoción de su nuevo disco, corre a cargo de su hermano Agustín, al que los profesionales de la música consideran un pésimo gestor de la carrera artística de su hermana. El año pasado, un reconocido promotor que prefiere que no publiquemos su nombre le ofreció ganancias a Isabel Pantoja por valor de unos 3 millones de euros, por actuaciones en Sudamérica y España, y un millón y medio más por colaboraciones en televisión. Una facturación excelente que compensaría su mala situación económica. Pantoja rechazó la oferta porque prefería que fuera Agustín quien gestionara esos temas. "Y su hermano, además de no hacer nada, es un estorbo", añade esta fuente.
Deuda de 4 millones de euros
En los próximos meses, Isabel Pantoja debe grabar la nueva entrega de Idol Kids, que Mediaset emitirá en 2021. El resto de su agenda de trabajo, como la de muchos otros artistas, está en suspenso a causa de la pandemia.
Pero donde corre el reloj de forma imparable es en sus deudas con Hacienda. La intérprete de Marinero de luces tiene pendientes las inspecciones de 2009, 2010, 2011 y 2012. No solo tendrá que abonarlas: a esas cantidades se añadirán las sanciones correspondientes y los intereses, en total, unos 4 millones de euros.
Demoledora sentencia
El Tribunal Económico Adminustrativo (TEA), donde ahora están los trámites del Pantoja-gate, emitirá esta demoledora sentencia en unos meses. A Isabel Pantoja, le queda como patrimonio su piso de la calle Ramón de Carranza en Sevilla, el ático de Fuengirola y la casa del Rocío, pero ni vendiendo todas esas propiedades llegaría de ningún modo a reunir esa enorme cantidad. Malos tiempos para la artista sevillana.
