Carmen Borrego busca trabajo a su hijo y a su nuera: la tele desprecia a los dos
Según recoge Informalia, José María Almoguera parecía decidido a convertirse en un rostro habitual del universo Mediaset, o sea, unirse a la tradición familiar de vivir de sentarse en los platós, cobrar por ir a fiestas y posar en photocall, salir en portadas, Desde que se sentó por primera y hasta hacerse un reality de vez en cuando o ir a poner a parir a un ex, a una madre o lo que haga falta.
Ya se sentó ven un plató para hablar de su madre, su tía, su prima y sus dramas familiares, y todo apuntaba a que el nieto de María Teresa Campos había cambiado definitivamente de rumbo profesional. Se buscó representante, dejó atrás su trabajo detrás de las cámaras —donde había estado toda la vida— y comenzó a frecuentar saraos y actos sociales.
Se veía viviendo de esto, como hace su prima, pero la historia no ha salido como él esperaba ni como se lo había pintado su representante.
En apenas unas semanas, Almoguera ha pasado de ser "el nuevo fichaje" de Telecinco —era colaborador de TardeAR— a desaparecer por completo de la parrilla, sin que nadie quiera contar con él. Ni rastro suyo en los pasillos de Mediaset. Ni él ni su novia, ex concursante de Gran Hermano, María —conocida en los círculos mediáticos como La Jerezana— han vuelto a asomar por televisión. Los rumores apuntan a que la cadena ha prescindido de ambos sin contemplaciones.
La situación contrasta con las expectativas que José María tenía puestas en esta nueva etapa. Él mismo parecía convencido de que su sitio estaba en los platós, bajo los focos, opinando sobre su familia o contando su versión del culebrón. Pero la realidad le ha devuelto los pies al suelo. "Al margen de que su personaje nunca caló en la audiencia y siempre se le vio como un aprovechado, gestionó mal algunos asuntos incluso más allá de la televisión. Se ha equivocado tomando decisiones con entrevistas en revistas", comenta una fuente del sector. De hecho, la última, concedida junto a María La Jerezana a la revista Lecturas pasó totalmente desapercibida. Ni siquiera fue tratada en TardeAR, el programa en el que colaboraban ambos. "Son varias las negociaciones en las que él y su representante han mostrado cierta prepotencia y unas pretensiones como si fueran los reyes del mambo", aseguran a Informalia personas de su entorno profesional.
Aunque todavía se resisten a abandonar del todo la idea de vivir del folclore familiar y del paraguas mediático de las Campos, ahora buscan su futuro fuera de la televisión y de las páginas de las revistas. Hace menos de un mes, su madre, la mismísima Carmen Borrego, realizaba gestiones para encontrarles trabajo, incluso fuera del medio audiovisual. Cualquier cosa con tal de ayudarles a reconducir su futuro, ya lejos de unas cámaras que, al parecer, se han apagado más rápido de lo que se encendieron.
José María aterrizó en el mundo televisivo tras conceder una exclusiva por su boda. Entonces era un joven tímido que nunca quiso ponerse delante de las cámaras. "Lo mío es estar detrás", decía. Sin embargo, tras descubrir el negocio de las exclusivas —y enfadarse más de una vez por ser el objetivo de la prensa— cambió de opinión y decidió que le resultaba mucho más rentable vivir de ellas, justo aquello que criticó de su madre.
Concedió una tras otra: hablando de su madre, de su prima Alejandra, de su separación de Paola Olmedo (que se cambió la boca y la cara y fue a la tele) hasta que finalmente aceptó la oferta de Mediaset para incorporarse a TardeAR como colaborador. Incluso participó en Gran Hermano, donde conoció a María La Jerezana, con la que vive de alquiler en Madrid. Y fue entonces cuando el castillo de naipes empezó a venirse abajo.